El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, dijo no temer a las movilizaciones anunciadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) que emplazó al Gobierno para que libere al ex presidente de la Federación Shuar, José Acacho, quien fue detenido este martes por incitar al cometimiento de actos terroristas en las manifestaciones ocurridas en Macas, el 30 de septiembre de 2009.
“Estamos en Estado de Derecho donde se juzga de acuerdo con el debido proceso y de acuerdo a las leyes”, recalcó el jefe de Estado, quien rechazó el plazo de 48 horas establecido por el presidente la Conaie, Marlon Santi, y la asambleísta de Pachakitik, Lourdes Tibán.
“Que hagan lo que quieran, qué se vayan al levantamiento”, enfatizó Correa y negó que se trate de “ninguna persecución política”.
Explicó que el proceso penal abierto contra Acacho, tras la muerte del profesor Bosco Wizuma, está en manos de la Función Judicial y que la detención se dio luego de casi un año de investigaciones.
Recordó que la Comisión de la Verdad investigó el caso y que determinó que Wizuma falleció como consecuencia del impacto de un perdigón en la frente, durante las protestas indígenas contra la Ley de Aguas que se tramitaba por esa época en la Asamblea Nacional. “Bosco Wizuma no se suicidó, lo mataron, ahí están las evidencias (…) también hubo 40 policías heridos con perdigones”, dijo.
También señaló que se exhumó el cadáver y que una forense francesa corroboró que se trató de perdigones de armas utilizadas por los indígenas. “Ahora resulta que no se puede sancionar a nadie. No puede quedar en la impunidad la muerte de una persona”, sostuvo al tiempo de llamar a la prensa a tratar con responsabilidad el tema.