La presidenta argentina, Cristina Fernández, prosigue su recuperación en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Buenos Aires tras la operación que se le practicó el martes y que fuentes oficiales calificaron hoy como «perfecta».
«Estamos muy contentos del resultado» de la intervención,»que salió perfecta», y los médicos informaron «a todas luces que la recuperación será muy favorable», dijo el jefe de Gabinete argentino, Juan Abal Medina, a una emisora local.
«Estimamos que se quedará algunos días en (el Hospital Universitario de) la Fundación Favaloro. Está de buen humor y muy bien» agregó.
El único parte médico difundido hasta ahora confirmó, el martes, que la operación fue satisfactoria y que la presidenta está de buen ánimo, pero habrá que esperar al informe que se anunciará en las próximas horas para conocer detalles de su convalecencia.
La mandataria, que se sometió a una intervención para drenar un hematoma craneal, está acompañada de sus dos hijos, Máximo y Florencia, y de su madre, Ofelia Wilhelm.
Partidarios de la presidenta han improvisado un altar frente a la entrada principal del hospital, en el que se alternan imágenes de la Virgen de Luján y del papa Francisco con figuras paganas de gran veneración popular en Argentina como el Gauchito Gil.
Además, a la clínica continúan llegando mensajes de ánimo y deseos de pronta recuperación, en su mayoría encabezados por la consigna «Fuerza Cristina», que también ha corrido como la pólvora en las redes sociales.
Unas decenas de personas continuaban hoy congregadas frente al hospital a la espera de novedades sobre la salud de la presidenta, guardando silencio para no perturbar a los pacientes de la institución.
Cristina Fernández, de 60 años, sufre problemas periódicos de hipertensión y ya fue sometida a otra intervención quirúrgica en enero de 2012, cuando se le extirpó la glándula tiroides.