La paulatina desregulación de empresas del Estado y el estímulo a la inversión extranjera que aporte a la isla tecnología, financiamiento, mercado o empleo serán algunas de las reformas «más complejas» que implementará el Gobierno de Cuba durante el próximo año y medio.
«Durante lo que queda de 2013 y el año 2014, trabajaremos en las más profundas transformaciones», anunció ayer el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, Marino Murillo, quien a su vez preside la comisión encargada de poner en marcha los lineamientos de la nueva política social y económica formulada por Raúl Castro en 2010.
«La primera etapa de las reformas ha sido hasta ahora, fundamentalmente, la eliminación de las prohibiciones en la sociedad», ha dicho Murillo durante una conversación con corresponsales en La Habana, reseñada este martes por la agencia Reuters.
Murillo ha adelantado que, entre los cambios contemplados para el futuro, el Gobierno cubano se ha planteado darle mayor autonomía a las empresas del Estado. «Debemos eliminar todos los impedimentos que ponen freno a sus posibilidades», ha agregado el vicepresidente del Consejo de Ministros. Ha aclarado, sin embargo, que «el modelo por el cual apuesta la revolución y sus dirigentes se sustentará en la propiedad social y no en la empresa privada, aunque estas fomenten el empleo».
Según ha explicado Murillo, el proceso de descentralización pasa por permitir que las empresas estatales se queden con el 50% de sus ganancias, después de impuestos, y que las reinviertan en sus procesos de producción; hasta ahora, todas las ganancias obtenidas por las empresas estatales son administradas por el Gobierno.
«En la formación del PIB la empresa estatal socialista va a seguir siendo determinante, con un poco más de eficiencia», señaló Murillo.
Los capitales foráneos ocupan también parte importante del plan. «Sabemos que la isla debe atraer más inversión extranjera», admitió, pero aclaró que solo abrirán las puertas a aquellas empresas dispuestas a transferir tecnología y aportar financiamiento, mercado o empleo a la economía de la isla.
Tras cinco décadas de férreos controles, la administración de Raúl Castro ha adelantado pequeñas reformas, como la flexibilización catalogadas por la oposición como «reformas cosméticas».