Banderas, pancartas y carteles de bienvenida forman parte del ambiente de hospitalidad que espera en Cuba al Papa Benedicto XVI, quien comienza este lunes una visita apostólica a la isla.
En calles, avenidas, instalaciones públicas, templos católicos, vehículos, negocios y casas abundan las muestras de cálida acogida al «Peregrino de la caridad», lema que acompañará el segundo viaje a este país caribeño de un Sumo Pontífice, después del realizado por Juan Pablo II, en 1998.
La visita se enmarca en las celebraciones del Año Jubilar, a propósito del 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, considerada por los católicos la patrona de Cuba.
Benedicto XVI comenzará sus actividades con el recibimiento oficial en el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, desde donde viajará al Arzobispado de Santiago de Cuba.
Entrada la tarde, Su Santidad oficiará una misa de poco más de dos horas en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, instalación acondicionada para la eucaristía.
Sobresale en el complejo monumental erigido en honor a uno de los principales próceres independentistas de la historia cubana la colocación de un altar con el diseño en grandes dimensiones de la mitra papal.
Mañana, el Sumo Pontífice visitará el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, para posteriormente dirigirse a la capital de la isla.
En La Habana, Benedicto XVI será recibido por el presidente Raúl Castro y oficiará una misa en la Plaza de la Revolución José Martí, sitio también preparado para la celebración religiosa.
Unas horas después de la eucaristía de dos horas -prevista para el miércoles en la mañana- el Santo Padre regresará a Roma.
El Papa llega a Cuba procedente de México en su viaje apostólico número 23, el segundo a Latinoamérica, después del realizado a Brasil en 2007.
La visita de Benedicto XVI es considerada continuidad de la que hizo a esta nación caribeña su antecesor, Juan Pablo II, en 1998.