La Iglesia Católica en Cuba llamó al perdón y la reconciliación en la primera celebración oficial del Viernes Santo, desde 1959.
La prédica del cardenal cubano Jaime Ortega fue transmitida por televisión nacional, en directo. Entre los asistentes al acto que se llevó a cabo en la Catedral de La Habana se encontraban fieles de la comunidad y turistas.
Durante más de una hora los cubanos vieron y escucharon desde sus casas las palabras del también arzobispo de La Habana, quien insistió en el valor del perdón como parte del legado de Jesús.
“Sin perdón no puede haber relaciones interpersonales sanas, ni vida familiar, ni convivencia social, ni reconciliación entre grupos humanos, ni entre pueblos entre sí, pero cuánto nos cuesta perdonar”, señaló Ortega, en coincidencia con el mensaje de “reconciliación entre cubanos” que la iglesia viene resaltando en los últimos meses.
“Aunque nuestra cultura religiosa católica no esté tan enraizada, creo que se debe respetar este día porque es la forma de demostrar que respetamos a esa religión y a sus seguidores”, afirmó Annia González, una estudiante de 22 años que no practica el catolicismo.
“Que este Viernes Santo sea feriado ha sido un logro para la sociedad y debe mantenerse así por siempre”, advirtió Aracelis Micó, una católica de 75 años que se educó con las monjas salesianas.
La decisión del Consejo de Ministros de declarar día festivo al Viernes Santo fue anunciada tres días después de que el papa Benedicto XVI finalizara a fines de marzo su visita a Cuba, donde el pontífice pidió al presidente Raúl Castro la restitución de ese festivo.
El gobierno declaró que el 6 de abril tendría lugar un “receso laboral” con “carácter excepcional” por este año, y reservó “a los órganos superiores de la nación la determinación definitiva” sobre el tema.
Según lo dispuesto por el Ministerio de Trabajo de la isla, las administraciones cuyas actividades se suspendieron ayer pagarán a sus empleados el salario íntegro.