Setenta años después de su hallazgo entró en la lista de las especies más raras del mundo una cucaracha fluorescente que vive en el volcán Tungurahua, en Ecuador. Entre tanto, el insecto (Lucihormetica luckae), que ahuyenta a sus enemigos de forma similar a la de un escarabajo venenoso, podría haberse extinguido. En Francia, un hongo negro amenaza las pinturas rupestres de la cueva de Lascaux.
Una rana que mide apenas siete milímetros es el animal vertebrado más pequeño del mundo, al menos entre los conocidos hasta el momento, según la nueva lista de especies raras que publica anualmente la Universidad de Arizona, en Tempe (Estados Unidos).
Tres de estas diez nuevas especies son oriundas de América Latina. La rana, cuyo nombre latino es Paedophryne amanuensis, vive en la selva de Papua-Nueva Guinea y forma parte de este «top ten» de curiosas especies.
Aunque muchos de los animales y plantas que conforman la nueva lista fueron descubiertos hace tiempo, no habían sido clasificados hasta 2012.
Por primera vez en muchos años, los biólogos dieron el año pasado con una nueva especie de mono: el mono lesula (Cercopithecus lomamiensis) vive oculto en la cuenca del río Lomami, en la República Democrática del Congo. Según los investigadores, posee «ojos humanos». Los machos llaman la atención por una reluciente tira de piel azulada en la parte trasera y los genitales. Machos y hembras saludan al alba con una especie de ruidosa danza. Según la publicación especializada «PLOS One», esta especie está amenazada por la caza.
Por otro lado, una esponja carnívora sorprendió a los investigadores con sus brazos en forma de arpa. No sorprende que hasta ahora no se supiera nada de ella: la Chondrocladia lyra vive a tres kilómetros de profundidad en las aguas del Pacífico, ante las costas californianas.
En la lista hay también una serpiente no venenosa descubierta en Centroamérica y presentada por los biólogos del Instituto Senckenberg de Fráncfort en la publicación «Zootaxa». La Sibon noalamina tiene un nombre cargado de simbolismo, pues su segunda parte, en castellano, se lee «no a la mina». Con ello, los científicos critican la explotación abusiva de la naturaleza y defienden en mantenimiento de los bosques en el oeste de Panamá.
La Viola lilliputana es una violeta que apenas sobresale un centímetro de la tierra, y hasta ahora florecía en los Andes peruanos sin que la ciencia supiera de su existencia. Fue necesario medio siglo hasta que los biólogos analizaron las muestras obtenidas en los años 60.
Descubierto en 2001, el hongo es conocido como Ochroconis anomala. La fotografía de un insecto en la plataforma online Flickr llamó la atención de los biólogos. Finalmente, consiguieron identificarla como una nueva especie de crisópida y le pusieron el nombre (Jade) de la hija del fotógrafo: Semachrysa jade.
En la isla de Madagascar, los investigadores dieron con una especie desconocida de un arbusto muy extendido en África: la Eugenia petrikensis se criaba antaño en la osta este de Madagaskar, pero la urbanización de la zona ha hecho que sea cada vez más escasa. En China, sedimentos fósiles sirvieron para descubrir un insecto que vivió hace 165 millones de años.
Tenía aspecto de hoja y fue bautizado como Juracimbrophlebia ginkgofolia. Según la Universidad de Arizona, actualmente pueblan la Tierra entre diez y 12 millones de especies, aunque los microbios han sido dejados al margen.
Debido al rápido ritmo de desaparición de especies, la búsqueda de seres desconocidos también debería acelerarse, defiende el director del Instituto internacional para la investigación de especies de la Universidad de Arizona, Quentin Wheeler. Actualmente, según sus datos, se descubren en torno a 18 000 especies al año. Y el objetivo es identificar los diez millones restantes antes de 2065.