Un comunicado signado por escritores, periodistas y organizaciones defensoras de los derechos humanos cuestionaron a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), cartel que, sostienen, busca sentar en el banquillo de los acusados a los gobiernos que han asumido la responsabilidad de avanzar hacia la democratización de la información.
La SIP, conformada básicamente por los propietarios de medios impresos corporativos de América, se reúne en Sao Paulo, Brasil, desde el 12 al 16 de octubre, en su 68 Asamblea general para examinar la situación de la libertad en el continente.
El comunicado «Recado a la SIP: Basta de engaños», firmado –entre otros- por Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz, y por el periodista español Ignacio Ramonet, sostienen que esta reunión se da con “el explícito propósito” de sentar en el banco de los acusados a todos los gobiernos que han asumido la responsabilidad de abrir caminos en la perspectiva de avanzar hacia la democratización de la comunicación.
De hecho, en São Paulo se busca armar un nuevo episodio de la campaña emprendida por este cartel para señalar que su poder acumulado es intocable; esto es, que toda iniciativa que pretenda propiciar mayor diversidad y pluralidad en el mundo mediático debe ser condenada por “atentar a la libertad de expresión”, obviamente, una prerrogativa suya, sostiene la comunicación suscrita por más de cien intelectuales y organizaciones sociales.
“Con los vientos de cambio que soplan en nuestra región, sin embargo, lo que se torna cada vez más evidente es que padecemos de un sistema mediático en el que predominan grandes grupos familiares que concentran y monopolizan el sector, orgánicamente articulados al conjunto de poderes fácticos, imbuidos de un alto criterio patrimonialista y con una lógica eminentemente comercial, por señalar algunos rasgos”, agrega la nota.
Y –continúa- “desde esta posición de fuerza han venido pregonando que en materia de comunicación no debe establecerse ninguna regulación, bajo la premisa de que la mejor ley es la que no existe (…) En suma: somos intocables y aquel que ose romper esta regla será condenado por atentar a la “libertad de expresión”, subraya el texto.
“Quienes suscribimos este comunicado tajantemente queremos rechazar la nueva impostura que la SIP pretende instrumentalizar y ratificar nuestro compromiso con la democratización de la comunicación, con el consecuente respaldo a las iniciativas de los gobiernos consecuentes con esta causa”, concluye.