Los cancilleres del Mercosur comenzaron este jueves en la ciudad argentina de Mendoza las reuniones de la Cumbre que debatirá la situación creada tras la destitución de Fernando Lugo en Paraguay, el gran ausente de la cita, y la propuesta china para impulsar un área de libre comercio.
En la reunión, confirmaron fuentes de la Cancillería argentina, participan los ministros de Exteriores de Argentina, Héctor Timerman, Uruguay, Luis Leonardo Almagro, y Brasil, Antonio de Aguiar Patriota.
Paraguay, el cuarto miembro del bloque, ha sido suspendido por sus socios en protesta por la destitución parlamentaria de Lugo que, según denunció el bloque, constituye una «ruptura del orden democrático» en ese país.
La cita de cancilleres abre la XLIII cumbre del Mercosur a la que se sumarán mañana los presidentes del bloque y que dará pasó a la cumbre extraordinaria de Unasur convocada para analizar el caso paraguayo.
Los ministros de Exteriores reunidos en Mendoza, unos mil kilómetros al oeste de Buenos Aires, ultimarán hoy las declaraciones que aprobarán mañana los mandatarios.
Además de la situación política creada en Paraguay tras la destitución de Lugo, los ministros estudiarán el impulso a las relaciones comerciales entre el Mercosur y China tras la reciente visita a Argentina del primer ministro chino, Wen Jiabao, que propuso al bloque avanzar en la creación de un área de libre comercio con el gigante asiático.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, la anfitriona de la reunión, viajará a Mendoza en las próximas horas para agasajar a los mandatarios invitados con una cena en una de las más importantes bodegas de vino mendocinas.
En Mendoza se espera también a los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff, y de Uruguay, José Mujica, que abrirán el viernes los debates del Mercosur.
A continuación, en la cita extraordinaria de Unasur participarán, además, el peruano Ollanta Humala, que recibirá la presidencia temporal de la Unasur que tenía Paraguay, el ecuatoriano Rafael Correa, el boliviano Evo Morales, y el chileno Sebastián Piñera.
Foto: El Telégrafo