El cáncer es un proceso de crecimiento incontrolado de células que invade desde cualquier parte del cuerpo. Cada 4 de febrero de cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer y la Unión Internacional contra el Cáncer, observan esta fecha como el Día Mundial contra el Cáncer.
Los componentes principales para el control del cáncer son dos: la educación para promover un diagnóstico precoz y el cribado. Si se reconocen las posibles señales de alerta de un cáncer y se toman medidas con rapidez puede llegarse a un diagnóstico que permita un tratamiento.
El «cribado» es la utilización de pruebas sencillas en una población sana que permita detectar sistemáticamente a las personas que aún no presentan ningún síntoma, pese a sufrir una determinada enfermedad. Pueden citarse como ejemplos el cribado del cáncer de mama mediante mamografía y el del cáncer del cuello del útero en particular con la prueba de Papanicolaou.
Un mayor conocimiento de las posibles señales de alerta del cáncer entre médicos, el personal de enfermería y otros dispensadores de atención de salud, así como entre el público en general, puede tener un gran impacto en la enfermedad.
La OMS en su Informe Mundial del Cáncer, destacó que en 2012 se registró un aumento de 14 millones de nuevos casos y estima que esa cifra subirá a 22 millones anuales en las próximas dos décadas.
También pronosticó que las muertes por esa enfermedad aumentarán de ocho millones a 13 millones anuales en el mismo periodo. Más del 60% del total de casos que se registran en el mundo se concentran en África, Asia, América Central y del Sur.
Foto: Tomada de internet