«Mi deseo de transmitir la autoridad no tiene nada que ver con una voluntad de renunciar a las responsabilidades. Es por el bien a largo plazo de los tibetanos. No porque me sienta desanimado», declaró el Dalai Lama. Y aclaró: «Como ya dije en los años 60, repetidas veces enfaticé que los tibetanos necesitan un líder electo libremente por los tibetanos, a quien le devolveré el poder. Ahora alcanzamos claramente el momento de poner esto en acto».
El jefe espiritual de los tibetanos añadió que propondrá una enmienda que le permita renunciar a sus funciones en el transcurso de la próxima sesión del Parlamento tibetano en el exilio, que será en marzo.
El monje de 75 años que encabezó el movimiento tibetano por décadas hizo estas declaraciones en un discurso pronunciado al conmemorarse el aniversario del levantamiento tibetano contra la dominación china en 1959.
El Dalai Lama ha evocado muchas veces una renuncia a la función de jefe del Gobierno tibetano en el exilio, consistente en una función mayormente oficial. De hecho, un portavoz suyo había anunciado en noviembre pasado su intención de dejar su función de jefe del gobierno tibetano en el exilio para aliviar su carga de trabajo y reducir su papel oficial sin abandonar por ello su papel espiritual.