Un niño de ocho años, que sobrevivió a un accidente de tránsito el pasado fin de semana en la zona andina de Ecuador, fue dado por muerto tras el siniestro y envuelto en una funda, como el resto de los cerca de cuarenta fallecidos, denunció hoy su tío.
Luis Reinoso, tío de Gabriel, el menor que sobrevivió al accidente del autobús de transporte público, aseguró en la Radio Majestad que su sobrino sufre de un trauma psicológico por lo sucedido.
«Es desgarrador, tremendo», dijo al describir la situación actual de su sobrino quien, relató, durante las noches grita «no me quiero morir, sáquenme de esta funda, no me quiero morir».
Para Reinoso, es «indignante» lo sucedido y se preguntó «¿cómo puede ser posible que a un niño de 8 años, aún estando vivo, lo meten en una funda plástica pensando que estaba muerto».
«Ni siquiera lo revisaron, no tuvieron el más mínimo cuidado de percatarse si el niño estaba vivo o muerto», añadió, al comentar que cuando Gabriel sintió que se asfixiaba comenzó a empujar la funda con sus manos y a patalear.
Como consecuencia del accidente murieron la hermana de Reinoso, su cuñado y otro de sus sobrinos, Luis, de trece años, mientras que otra sobrina, Catherine, de 18 años, se encuentra en cuidados intensivos en el hospital.
Reinoso dijo que Luis tenía golpes similares a los que sufrió Gabriel en el percance: «¿cómo sabemos si en verdad murió en el accidente?», se preguntó.
El autobús se volcó al tomar una curva y se precipitó al abismo en la zona de Yambo, ubicada unos 30 kilómetros al norte de la ciudad andina de Ambato.
El vehículo,que pertenece a la cooperativa de transporte de pasajeros Turismo Oriental, cubría la ruta entre la ciudad de Cuenca (sur) y Quito (norte) y estaba ocupado por medio centenar de personas.
Tras el accidente se ha desatado en el país una polémica sobre la ley de tránsito, sobre el tipo de controles a los que son sometidos los automotores de transporte público y sus conductores.
Foto: El Comercio