El Ministerio del Ambiente (MAE), el Cabildo porteño y el sector académico coinciden en el mismo punto: aún existen descargas que afectan el Estero Salado.
Las investigaciones que efectúa la cartera de Estado determinan que en el estuario aún existen aguas residuales, domésticas e industriales, con una amplia variedad de contaminantes.
¿Quién contamina más? ¿Las familias o las empresas? Ambas, responde el organismo estatal. El problema en común es que hay industrias y domicilios conectados -clandestinamente o con autorización- a canales o ductos de alcantarillado pluvial. Asimismo, hay sectores habitados de la urbe que todavía no cuentan con alcantarillado sanitario. (Ver infografía ampliada)
El MAE detectó el mes pasado que existen 18 cuencas de alcantarillado de aguas lluvias (AALL) que descargan sus efluentes en diversos ramales del norte, centro, sur y suroeste de la ciudad.
Según datos de hace dos meses, la entidad ambiental inició a 16 empresas procesos administrativos, los que ya concluyeron jurídicamente.
En referencia al mismo tema, el alcalde Jaime Nebot, en su último pronunciamiento, precisó que 64 compañías han sido sancionadas por realizar descargas al afluente.
En cuanto a la cantidad de desechos que se eliminan del agua, según cifras del Municipio, desde 2009 hasta 2012 se han recogido 9.943 toneladas de elementos sólidos.
Estudios
Nelson Zambrano, subsecretario de Gestión Marina y Costera del MAE, detalla que, de acuerdo con estudios, en el estero existen sitios con alta diversidad mientras que en otros es escasa. «Aquello está relacionado con las condiciones del agua y del suelo. Hay sectores en los que la biodiversidad ha desaparecido por la alta presencia humana, por los niveles de contaminación y las descargas domésticas o residuales».
Según el funcionario, en la parte norte hay un espacio de refugio y anidación de aves. «El estero, pese a las malas condiciones, aún es un sitio importante para la biodiversidad».
También se efectúan estudios del lodo y sedimentos para conocer los niveles de contaminación. En una investigación realizada por la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), entre 2007 y 2009 se observó poca biodiversidad bentónica (organismos que viven dentro y sobre el sedimento) en ciertos puntos. La medición se hizo en la Kennedy, Miraflores, Estadio de Barcelona y en la reserva ecológica de producción de fauna Manglares del Salado.
Paola Calle, subdecana de la Facultad de Ingeniería Marítima, Ciencias Biológicas, Oceánicas y Recursos Naturales, precisa que -en el citado lapso- la reserva ecológica de producción de fauna Manglares del Salado presentó 20 especies bentónicas, cuando un estuario debería tener 30. La biodiversidad, en el mismo lugar, fue de uno cuando lo bueno sería cuatro. «La vida que hemos visto es mínima y solo hemos revisado las especies tolerantes».
Los organismos bentónicos -explica- son importantes porque puede ser que otras especies se alimenten de ellos. «Así se puede estar eliminando una que es económicamente importante… También oxigenan el sedimento».
Otras observaciones que hicieron en esa investigación es la cantidad de ciertos elementos. El estero presentó, en algunos sectores, alta concentración de mercurio, cadmio y plomo, que superaba lo permitido.
De acuerdo al estudio, si se hiciera un análisis ecotoxicológico del sedimento, hay 68% de probabilidades de un efecto bentónico en la fauna. Eso significa que habría un impacto en la biodiversidad. «Podríamos tener un efecto de contaminación que llegue a un grado que esté biodisponible a los organismos. Esto quiere decir que puede ser tóxico para el organismo o que al consumirlo se acumule. Y si lo acumulo en el organismo la pregunta es: ¿Cómo sé que no estoy comiendo mercurio, cadmio?», dice Calle.
Oxígeno
Nelson Zambrano señala que zonas donde se han colocado las estaciones de superoxigenación, antes de la acción no presentaban oxígeno disuelto. Pero hoy en día se llegan a promedios de 2,11 miligramos por litro (mg/l) de oxígeno disuelto cuando el valor aceptable en sistemas estuarinos es de 4 mg/l. «Los resultados son favorables».
El oxígeno disuelto se termina por la acumulación de materia orgánica (proveniente de efluentes y desechos sólidos). El problema se evidencia en el olor desagradable de ciertos sectores.
Los sitios más afectados por la falta de oxígeno son los extremos finales del estero, pues producto del relleno ya no existen el flujo y reflujo del líquido que da vida al estuario.
Las zonas con mayores complicaciones son el estero Puerto Lisa (desde el puente de la calle 4 de Noviembre hacia el norte), estero Mogollón (del puente de la G al norte) y el estero Las Ranas (a la altura de Lizardo García).
Soluciones
Zambrano y Calle dicen que una de las soluciones para rescatar el estero Salado está en que se prohíban los asentamientos en las riberas. De esa manera, añade Zambrano, se reduce la contaminación generada por los habitantes de esos sectores.
Para Calle, esto evitaría que se siga talando el mangle, pues este elemento natural, por sí solo, recupera el estero ya que sus raíces eliminan el plomo.
Al respecto, el MAE adelanta que se reforestarán 10 hectáreas de manglar hasta finales del presente año, en las riberas de los esteros que rodean la ciudad.
Sin embargo, el tema central es la eliminación de las descargas. Una muestra de que este problema aún persiste, es que de las tuberías de aguas lluvias, a pesar de que no hay precipitaciones, cae líquido al estero. «Eso significa que hay conexiones clandestinas», advierte el representante del ministerio.
Calle recomienda a las autoridades que se deben erradicar descargas directas de las industrias, que se hacen sin ningún tratamiento.
Según la proyección del Municipio, el próximo año la ciudad, en general, contará con el servicio de alcantarillado.