El olor a humo, a quemado, se percibe desde el lobby de la torre A del edificio de Las Cámaras, en el norte de Guayaquil, donde el pasado lunes un incendio cobró la vida de dos mujeres y provocó la interrupción del embarazo de una joven que por huir del fuego se deslizó por una soga desde el tercer piso.
Los ascensores, únicos medios de acceso a las oficinas para los usuarios, según trabajadores de Las Cámaras, estaban inhabilitados. Por eso quienes ayer realizaban las tareas de limpieza y de evacuación de enseres tuvieron que usar las mismas escaleras de emergencia que el denso humo bloqueó durante el siniestro, provocando que decenas de personas permanezcan atrapadas.
Los escalones estaban ennegrecidos, cubiertos por ceniza; subir los primeros pisos se tornaba complicado por la falta de luz. Al llegar al cuarto piso, donde funciona la Cámara de Industrias de Guayaquil, muchos se detenían a preguntar: ¿De aquí eran las dos mujeres que murieron en el incendio?
Se referían a Jacqueline del Rocío Alvarado Flores, de 52 años, asistente administrativa financiera, y Estefany Shirley Cepeda Briones, recepcionista. La primera cayó por una ventana y la otra fue hallada asfixiada en uno de los baños.
En un recorrido por el cuarto piso se evidenció que las paredes estaban llenas de huellas de manos, que, según un trabajador del edificio (quien prefirió no identificarse), fueron marcadas por las víctimas que desesperadas trataban de buscar una vía de escape. Otro trabajador relató que el piso se quedó sin energía eléctrica y que un ingeniero de sistemas descubrió el fuego cuando abrió la puerta del cuarto eléctrico, en busca de una respuesta al corte de energía.
Enseguida, recordó, una gran humareda salió del pequeño cuarto y cubrió el pasillo que lleva a la puerta de salida de emergencia. “Pocos alcanzaron a salir por ahí”.
En ese piso también estaba Paola Flores, quien recibía un curso de capacitación y que luego de bajar por una ventana se fracturó la cadera y perdió el producto de su embarazo. En una sala ayer se encontró un papel con su nombre.
El fuego, según los dos trabajadores de Las Cámaras, se inició en el cuarto eléctrico del cuarto piso, después de una falla en el área de transformadores del sótano.
“En el sótano fue un corto y eso tiene que haber afectado aquí las cajas de breakers”, dijo uno de ellos. Pero José Centeno Abad, presidente de la Cámara de la Construcción, indicó que la falla eléctrica se habría originado en un piso superior y que a través de los ductos se incendiaron los cables.
“Por suerte no llegó el fuego hasta los transformadores, en el subsuelo dos, (pero) todo eso tiene que darlo el informe técnico pericial que se está haciendo; pero no podemos decir quién es el culpable porque es un accidente que se da por una sobrecarga…”, dijo Centeno.
Arturo Clavijo, vicepresidente del Colegio Regional de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos del Litoral, indicó que este tipo de accidentes suele producirse por falta de mantenimiento en la red de electricidad o una falla en el sistema de protección (breakers).
Enrique Arce, administrador de Las Cámaras, recordó que la torre B está inhabilitada mientras una empresa aseguradora evalúa los daños ocasionados y se hacen reparaciones.
Respecto a posibles indemnizaciones a las víctimas mortales, Arce indicó: “No puedo dar ese tipo de declaraciones, ellas eran empleadas de la Cámara de Industrias”.