Han transcurrido más de 12 años desde que se inició el proceso judicial en contra de los dueños y accionistas del quebrado Filanbanco y más de 14 años de la crisis bancaria en Ecuador, pero hasta ahora se desconoce cuánto adeudan los hermanos William y Roberto Isaías al erario público.
En cuanto a este tema, hasta la actualidad solo se manejan hipótesis, una de las cuales, incluso, asegura que los Isaías no deben nada al Estado ni a los ecuatorianos, y que más bien a ellos les deben pagar por daños y perjuicios, asegura Xavier Castro, abogado de los ex propietarios de Filanbanco.
“La administración Isaías no dejó hueco patrimonial. Hay un informe de las pérdidas estatales (del feriado bancario) de más de 2.000 millones de dólares que se robaron de los activos de Filanbanco durante cinco gobiernos, incluido el actual”, señaló ayer Castro, en entrevista con El Telégrafo.
“Los Isaías entregaron Filanbanco al Estado en 1998 y el banco cerró en 2001, después de tres años de administración estatal, tanto del gobierno de Jamil Mahuad como del gobierno de Gustavo Noboa. Cuando ellos quiebran el banco al fusionarlo con La Previsora le echan la culpa a los Isaías, quienes tres años atrás ya no estaban allí”, dijo.
Insistió en que hay 2.000 millones de dólares en pérdidas en la administración estatal, “o sea que Filanbanco tenía más de 1.800 millones de dólares a favor…”.
Consultado entonces sobre si los dueños del Filanbanco deberían recibir más bien una especie de vuelto de parte del Estado, contestó: “Por supuesto, que es lo que el Estado va a tener que pagar algún día. Así a usted le duela el alma”. Interrogado sobre cuánto sería ese “vuelto”, resaltó “todo lo que costó Filanbanco y los 800 millones de dólares de las empresas incautadas”.
Sin embargo, de acuerdo a lo dicho por el primer mandatario, Rafael Correa, la deuda de Filanbanco ascendería a 776,8 millones de dólares, sumados el capital y los intereses.
“Las cifras que presentó el Presidente no son las correctas, esas son cifras que le dio la Superintendencia de Bancos y la (ex) Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), en las que no se pone en consideración aspectos importantes” respecto a la administración posterior del banco, respondió en ese entonces Castro.
Además, manifestó que no se toma en cuenta la administración del Filanbanco por parte de la AGD. “En 1999 se hace cargo la AGD del banco y esos ingresos no se muestran en las cifras. Lo que se está haciendo es mezclar los balances y las cuentas de 1998 y 1999 y las inflan para que les dé el monto que el Presidente anunció”, indicó a la prensa en aquel momento y lo ratifica hasta la actualidad.
Según estimaciones, 477,3 millones de dólares serían los que Filanbanco debería de capital o “hueco patrimonial”, más 300 millones de dólares correspondientes a intereses calculados con una tasa del 5,6%, desde el 2 de diciembre de 1998 hasta el 31 de diciembre de 2009.
En 2008, la Junta Bancaria (JB) estableció que se tiene que recuperar alrededor de 600 millones de dólares, por lo cual la desaparecida Agencia de Garantía de Depósitos, creada el 30 de noviembre de 1998, incautó más de 240 empresas de los Isaías.
Sobre las incautaciones al grupo Isaías, Castro señaló que “el Estado no quiere dar cuentas de los ingresos generados por la administración de las empresas y encima quieren avaluarlas por 600 millones de dólares, cuando las empresas cuestan 800 millones”, acotó.
Sin embargo, la Junta Bancaria, posteriormente, acogió un informe elaborado en marzo de 2001 por la firma internacional Deloitte & Touche, en el que establecían pérdidas por 661,5 millones de dólares de Filanbanco, antes de ser intervenido por el Estado.
Pero las estimaciones de lo que deberían pagar los Isaías no queda allí. Juan Falconí Puig, ex superintendente de Bancos, a través de un artículo publicado en la prensa hace algún tiempo, explicó que, sin calcular intereses, deben responder por 2.688’500.000, distribuidos así: pérdidas a diciembre de 1998, 661’500.000 de dólares; entregas de la AGD en Bonos, 1.116’000.000 de dólares; la cuenta secreta que manejaba Isaías en Gran Cayman, 107’000.000 de dólares; créditos vinculados, alrededor de 200’000.000 de dólares; préstamos de liquidez del Banco Central, 424’000.000 de dólares; y de esto, el ilegal vuelto de 180’000.000.
En todo caso, en la sentencia emitida el martes último por la Sala de lo Penal de la Corte Nacional de Justicia, en la página 27 de la providencia, referente a las pruebas que sirvieron al juez para dictar el auto de llamamiento a juicio, se señala: “En la especie, de fs. 25295 a 25336, y del informe de la firma Price Waterhouse Coopers se señala: …/… las pérdidas del banco cortadas al 2 de diciembre de 1998, suman 654 millones de dólares”.
También se toma en cuenta el informe de auditoría interna suscrito por el auditor general de Filanbanco S.A., Víctor Argudo Puga, quien en la parte pertinente señala: “De la transcripción parcial de este informe se denota el manejo irregular y aún fraudulento de Filanbanco durante el período de 1998; pues el dinero fruto de las captaciones y ahorro de los depositantes se invirtió en los créditos otorgados a las empresas de los accionistas de Filanbanco y su grupo financiero; es decir, a empresas vinculadas, a las cuales no se les exigió garantías…, empresas que no pagaron los créditos…”.