La Unasur se reunió, la semana pasada, en Argentina para buscar soluciones a la crisis económica que afecta a Estados Unidos y Europa. En la cita se resolvió crear un fondo común de reservas para inversión, reactivar el comercio regional con monedas locales y agilizar la constitución del Banco del Sur, una tesis que Ecuador promueve desde 2008 cuando estalló la crisis internacional.
Diego Borja Cornejo, presidente del Directorio del Banco Central del Ecuador, ofreció una entrevista al respecto, a diario El Telégrafo.
P: ¿Cómo interpreta el Gobierno la nueva crisis de EE.UU.?
Esta crisis no es financiera, es estructural y profunda. Es económica porque afecta la base productiva, el empleo, la energía…, pero no tiene que ver con los papeles que se transan en Wall Street, eso es solo un reflejo.
Es otro coletazo de la crisis que estalló en el 2008 y que tiene raíces más profundas. Y es institucional porque fracasaron el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio (OMC) y los organismos de los países desarrollados orientados al manejo de la economía.
P: ¿Los efectos para el Ecuador serán más severos que en 2009?
Hemos estado en medio de la turbulencia desde 2008, porque después de la crisis inmobiliaria fue la alimentaria, de materias primas, en Europa y ahora la deuda de EE.UU. En ese contexto, Ecuador y América Latina tienen una condición económica más sólida que en el pasado, con una reserva suficiente, una tasa de crecimiento sostenida y solidez fiscal.
P: ¿Qué medidas aplicó Ecuador para afrontar esa turbulencia?
Básicamente políticas contracíclicas, una decisión acertada del Gobierno. En 2008, el presidente Rafael Correa optó por una economía orientada a la inversión, la producción y el uso activo de las herramientas que tenemos, como son el presupuesto, la banca pública y la inversión pública. De modo que cuando se retiraba la inversión privada y se reducía la venta de nuestros productos, porque los mercados internacionales estaban en crisis, el Gobierno intervino y permitió alcanzar un crecimiento adecuado.
Recordemos que en 2009, cuando todos los países vecinos decrecieron, el Ecuador tuvo un crecimiento pequeño. Esa política contracíclica se expresó en la forma de invertir las reservas y ahora eso se discute en los países de la Unasur.
P: Precisamente, la utilización técnica de las reservas fue uno de los compromisos de la Unasur.
Hay que mencionar que Ecuador impulsa la nueva arquitectura financiera desde hace tres años, con una comisión presidencial a cargo de Pedro Páez.
Ecuador fue a la reunión de la Unasur a proponer. Hace más de un año dijimos que iban a copiar el Sistema Regional de Pagos (Sucre) y ahora se discute la utilización de un mecanismo semejante, que quizá lleve otro nombre, pero será un sistema de compensación de comercio con monedas locales.
Ecuador fue uno de los primeros en usar las reservas para inversión nacional y ahora se discute la constitución de un fondo común de reservas que permita utilizar domésticamente esos recursos que antes estaban fuera de la región.
Los países de América del Sur pidieron celeridad para que funcione el Banco del Sur y también se decidió fortalecer la Corporación Andina de Fomento (CAF) como un organismo de inversión, junto con la adecuación del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), una institución creada hace muchos años y que en un momento determinado fue más ortodoxa que el mismo FMI, invirtiendo las reservas en el exterior y estableciendo condiciones que impedían a los países de la región acceder a sus créditos.
P: ¿El FLAR será la instancia base para ese gran fondo común?
Si da la talla sí, caso contrario no se descarta crear un nuevo organismo.
P: ¿Cómo aportará cada país?
Habrá que considerar las asimetrías y heterogeneidad de la región, como se hizo con el Banco del Sur, pues la forma como ingresan Brasil, Argentina y Venezuela es distinta a como lo hacen Ecuador y Bolivia, y habrá otro método para Uruguay y Paraguay.
P: ¿Cuáles fueron los criterios para determinar que es urgente contar con el Banco del Sur?
De forma unánime se descartó la recapitalización del BID, ya que no se lo ve como el banco de la región. El Banco del Sur será un banco propio para apoyar proyectos de desarrollo en las distintas áreas: infraestructura, energía, alimentación, salud, economía popular… Los dueños seremos los suramericanos y su concepto básico será brindar apoyo sin condicionar las decisiones de las naciones.
P: Ecuador integrará la comisión de Unasur que analice el uso de las reservas y la creación del fondo común. ¿Cuál será la propuesta?
Creemos que está fuera de contexto recuperar reservas y sacarlas de la región. Es indispensable pensar en medidas prácticas, por ejemplo, que los bancos centrales de la Unasur actúen en línea, porque hoy en día tienen que pasar por la Reserva Federal (de EE.UU.) para hacer transacciones. También pensamos que los bancos centrales contribuyan a dinamizar el mercado de valores suramericano, en el cual se puedan transar títulos, por ejemplo, sobre productos orientados a la canasta básica. También hemos propuesto que el Banco del Sur entre en funcionamiento a través de fideicomisos orientados por ejemplo a la soberanía alimentaria. Solo se trata de voluntad política.