Un grupo de estudiantes camina apresurado para llegar al segundo piso del edificio de Comercio Exterior, en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Guayaquil, donde recibirán clases pertinentes a la licenciatura en nivel medio en Literatura y Castellano. Entre ellos está Carolina Salazar, quien enseña en un colegio particular y que, al igual que sus compañeros, acelera el paso para llegar puntual al aula 309. La clase está conformada por 60 estudiantes, de los cuales 15 son maestros.
Siete docentes van a sacar el título por primera vez, mientras que los otros ocho tienen menciones variadas como: profesor primario, orientadora vocacional; licenciada en Administración y Supervisión Educativa, y en Comunicación Social.
El profesor Félix García, de 60 años, entra al salón vestido formalmente con un saco azul, corbata y pantalón gris. Como parte de la materia Teoría de la Educación explica que una de las normas es el respeto mutuo, pero también bromea con los estudiantes para amenizar el momento.
Carolina estudió la carrera de Comunicación Social con mención en Literatura hasta sexto semestre en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, pero tuvo que retirarse debido a las ocupaciones que implica ser mamá.
“Es difícil manejar el horario, ya que hay que permanecer ahí casi todo el día, por lo que decidí salir de la universidad. Comencé a trabajar como profesora hace dos años, pero necesito mi título porque es parte de mi formación y, además, el gobierno lo exige”.
La modalidad que siguen los docentes es semipresencial, es decir que asisten a clases los sábados y domingos, desde las 07:00 hasta las 12:20. Según Carolina, se ven dos materias cada mes y medio. “Hemos visto andragogía (se trata de la educación del adulto), Técnicas de expresión oral y escrita, Técnicas de estudio e Historia de la filosofía. Actualmente tenemos Teoría de la educación y Filosofía de la educación.
Ella imparte clases de educación básica a noveno, primero y segundo de bachillerato Fima, Quibio y Diseño. “Doy Literatura a los grandes y Lengua y literatura a los pequeños”. Anteriormente laboró en el colegio Gabriela Mistral, al suroeste de la ciudad, lo cual la ayudó a formarse como profesional.
Javier Lavayen es parte del curso de Carolina y trabaja en la red educativa Carlos Armando Romero Rodas, en la ciudad. Lleva 19 años como maestro, de los cuales 11 fueron en la escuela Rumiñahui del recinto El Guabo y 8 en Guayaquil.
“Saqué mi título de profesor en el Instituto Pedagógico Leonidas García, pero estudio la licenciatura para mejorar mi nivel académico”. Para él es difícil porque tiene que levantarse temprano, planificar con anterioridad y ayudar a sus hijos en sus estudios. Enseña Matemáticas, Ciencias Naturales, Estudios Sociales y Lengua. “Ahora imparto a quinto año de educación básica”, explica.