Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Irán, Mahmud Ahmadineyad, coincidieron en hacer un llamado al respeto de la soberanía de las naciones frente a las críticas que el Gobierno de Estados Unidos hizo a la gira oficial que realizó el mandatario persa por varios países de Latinoamérica y que concluyó ayer con su llegada a Quito.
En una rueda de prensa, que arrancó a las 21:00 luego de más de seis horas de una reunión de trabajo entre ambos gobernantes, Ahmadineyad dijo que desde ahora América Latina “no será más el patio trasero de Estados Unidos”.
De la misma manera aconsejó a las grandes potencias “que respeten los derechos de los pueblos”.
Por su parte, el gobernante ecuatoriano resaltó que Irán siempre ha mantenido un programa atómico pacífico y remarcó: “Nosotros creemos al Gobierno de Irán”, en referencia a la defensa de la nación persa sobre las acusaciones de Estados Unidos y Europa de mantener un programa nuclear que, supuestamente, tiene fines militares”.
Correa puso en duda los informes del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), porque a su juicio se basan “en fuentes secundarias de los servicios secretos de los países que siempre han tratado de aislar a Irán”. Por ello, pidió que se cambien los “métodos” de investigación de esa entidad. “Irán puede contar con el total respaldo y apoyo de Ecuador para que se sepa la verdad”, remarcó Correa.
El gobernante ecuatoriano también desmintió y repudió una publicación del diario norteamericano The Washington Post que calificó de “paria” a Correa por, supuestamente, atentar contra la libertad de expresión por demandar al diario El Universo por la publicación de un editorial injurioso. También negó otra nota de prensa internacional que aseguraba que Ecuador suministrará uranio a Irán para su programa nuclear. “Ecuador no tiene uranio, lamentablemente, si es por eso la venida del presidente iraní, se va a regresar sin un solo gramo de uranio”, recalcó Correa.
De su lado, Ahmadineyad agradeció nuevamente la hospitalidad de Ecuador y, en particular, “a mi querido hermano, el señor presidente” Correa. “Digan lo que digan los medios internacionales de las potencias, nosotros, junto con el pueblo ecuatoriano queremos al presidente Correa porque es una persona pura, sincera y valiente”, señaló.
Proyectos se fortalecieron
Previo a la rueda de prensa, las delegaciones de Ecuador e Irán mantuvieron una extensa reunión de trabajo que, según los mandatarios, permitirá “extender las relaciones bilaterales que beneficiarán a nuestros pueblos (…) Eso será pronto”.
En la cita oficial se negoció la posibilidad de iniciar nuevos acuerdos bilaterales, sobre todo en los sectores de tecnología y en los estratégicos. Ambas delegaciones confirmaron que en los próximos días se conocerán los resultados de la visita del presidente asiático.
Visita arrancó en Guayaquil
Pasado el mediodía de ayer, el presidente de Irán arribó a la base aérea de Guayaquil, acompañado de una comitiva de 16 funcionarios.
Antes que aterrice el avión presidencial iraní, el aeropuerto José Joaquín de Olmedo fue cerrado brevemente. Mientras que en la pista se colocaba una alfombra roja y los uniformados que se encargaron de rendir los honores del caso.
A la espera del mandatario extranjero estaban el canciller Ricardo Patiño, el gobernador del Guayas, Roberto Cuero, y una escuadra de guardiamarinas, integrada por más de una veintena de hombres y seis mujeres.
Al bajar del avión el presidente iraní, Patiño lo saludó con un apretón de manos. Con la ayuda de un traductor intercambiaron algunas palabras.
Luego del saludo de las autoridades locales, tanto civiles como militares, se entonaron las notas del Himno Nacional del Ecuador. En la pista flameaban las banderas ecuatoriana e iraní.
A su arribo, Ahmadineyad pasó revista a los guardiamarinas y luego se trasladó a la sala VIP de la base aérea, donde permaneció alrededor de 15 minutos.
Durante este lapso, bajó por la escalera trasera una comitiva de seis mujeres, que vestían largas túnicas negras. Estas prendas son conocidas como hiyab o velo islámico.
Entre ellas estaba la esposa de Ahmadineyad. Las señoras fueron recibidas por una delegación de funcionarias de la Cancillería ecuatoriana y trasladadas inmediatamente a una sección de la sala VIP.
En el interior de la sala de espera de la base, el gobernante persa y su comitiva masculina rezaron durante 10 minutos con la vista dirigida hacia La Meca, como lo dictan las costumbres islámicas.
Declaración
Antes de que llegara Ahmadineyad, el embajador de Irán en Ecuador, Mayib Salehí, rechazó el bloqueo económico interpuesto por Estados Unidos. El diplomático indicó que las acusaciones que Washington hace contra Teherán son falsas y forman parte de una cortina de humo para distraer la atención del mal manejo de la política exterior norteamericana.
El representante iraní destacó que el bloqueo no es nada nuevo, porque rige desde que ganó la Revolución Islámica, hace ya 30 años. Agregó que pese a ello, Irán produce 4,5 millones de barriles diarios de petróleo, que lo convierte en el tercer productor del mundo.
Explicó que pese a las presiones internacionales es la sexta economía más poderosa del mundo.
“Lo que quieren es afectar la economía del pueblo iraní. Y eso no lo vamos a permitir. No vamos a estar cruzados de manos. Cortaremos el estrecho de Ormuz para que no salga el crudo. Por ese canal sale el 45% del petróleo del mundo y, además, del gas” provenientes de Arabia Saudí, Kuwait e Irak, sostuvo Salehí.
El funcionario islámico dijo que su nación es un país de paz, que no se ha enfrentado a nadie en 300 años. Señaló que los terroristas son quienes han matado a civiles en Irak y Pakistán. Además, expresó que quienes son terroristas son aquellos que tienen cárceles como Abu Graib, Guantánamo y prisiones clandestinas en Europa.
El diplomático informó que los inspectores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) monitorean las 24 horas las plantas de energía nuclear de su país, por lo tanto, aclaró, no desarrollan bombas atómicas. Mencionó que los mayores poseedores de armas de destrucción masiva son quienes ya las han usado.
Salehí afirmó que la visita de Ahmadineyad tiene como objetivo fortalecer los lazos comerciales y culturales que hay entre ambos países. Contó que hay planes concretos en el sector agrícola y que se planea traer tractores iraníes para que sean vendidos en Ecuador.
Otro de los sectores en los que se planea invertir es el energético. En esta área hay proyectos para los sectores hidroeléctrico y petrolero. Salehí dijo que hay planes de invertir 50 mil millones de dólares en Ecuador.
Viaje a Quito
Luego de permanecer una hora en Guayaquil, Ahmadineyad partió a Quito en un avión Boeing 727 de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE). En el trayecto lo acompañó el canciller Patiño.
En la base aérea Mariscal Sucre, los Granaderos de Tarqui esperaban para rendirle nuevos honores al gobernante persa. Al igual que en el puerto principal, el aeropuerto de la capital fue cerrado brevemente.
Una vez que aterrizó la aeronave, Ahmadineyad, Patiño y la comitiva iraní se dirigieron al Palacio de Carondelet, donde los esperaba el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
El retraso de una hora y 15 minutos no fue obstáculo para que cientos de ecuatorianos se ubicaran en las afueras de la Base Aérea del aeropuerto Mariscal Sucre y en la Plaza de la Independencia, para dar la bienvenida a Ahmadineyad.
El mandatario iraní llegó a la capital a las 14:15, en medio de una tarde soleada y con una temperatura de 24 grados centígrados.
Mientras que los Granaderos de Tarqui que formaron una calle de honor hicieron sonar sus trompetas, dos niños le entregaron ramos de flores. La asambleísta del movimiento oficialista PAIS, Betty Carrillo, se acercó a saludar personalmente y obtuvo como respuesta una venia.
Con las dos manos en alto y con la señal de la “V” en sus dedos, saludó a los presentes que no se perdieron un minuto de lo que hacía Ahmadineyad, quien estuvo acompañado de sus colaboradores y de las mujeres que vestían de negro.
El jefe de Estado iraní, que lucía un terno gris, estuvo cerca de treinta minutos en el casino de oficiales de la FAE, en la Base Aérea de Quito. Allí aprovechó para cambiarse de leva y arribó a las 15:25 al Palacio de Gobierno con un terno negro.
En Carondelet fue saludado por cientos de compatriotas que flameaban las banderas de Ecuador e Irán. A su ingreso al Palacio de Gobierno, y siempre acompañado del canciller Patiño, fue recibido en la puerta principal por su homólogo ecuatoriano.
Juntos escucharon el Himno Nacional, estrecharon sus manos y se fundieron en un abrazo. Tras la breve ceremonia de recepción, los dos mandatarios salieron al balcón presidencial para saludar a los cientos de ciudadanos que esperaron la llegada del jefe de Estado iraní, en medio de manifestaciones de apoyo y aprobación. Acto seguido, los presidentes accedieron a la planta alta de Carondelet, en donde se había preparado un almuerzo.
El brindis de bienvenida fue aprovechado por los dos gobernantes para ratificar la creciente relación de amistad, solidaridad y fraternidad existente. “Por la paz, por la soberanía y la unidad de los pueblos, señor presidente, bienvenido”, fueron las expresiones de Rafael Correa al hacer el brindis.
Apoyado por un traductor, Ahmadineyad invocó a Dios por las buenas relaciones entre los dos países, pidió paz y destacó la belleza de Ecuador.
Además calificó como querido, solidario hermano y amigo al presidente Correa. “Mi mensaje de amor, cariño, amistad y solidaridad de una gran nación llamada Irán a otra gran nación y pueblo como el Ecuador”, dijo.
Ahmadineyad agradeció la hospitalidad del Gobierno ecuatoriano y expresó que su aspiración es llegar a tener un mundo carente de tiranía, sin humillación de los pueblos y en busca de la paz y la seguridad. “Doy las gracias por encontrarme junto a un presidente revolucionario, hermano altivo y solidario (…) siempre rogamos a Dios prosperidad y éxito para su gestión”, reconoció.
Luego del encuentro con Correa, la agenda de Ahmadineyad contemplaba una reunión con el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero.