Ecuador intenta repatriar unos 5.000 bienes patrimoniales presuntamente sacados del país de forma ilícita, aunque algunas piezas de inestimable valor se cree se han perdido para siempre, entre ellas una máscara de oro y figuras de la cultura precolombina Valdivia, única en el mundo.
Este número estimado se refiere aquellos bienes de los que se conoce su ubicación y se quieren recuperar a través de diez litigios internacionales, pero «ninguna de estas demandas ha sido exitosa hasta ahora», explicó la asesora del Ministerio Coordinador de Patrimonio Dora Arízaga.
La experta señaló que estas «nuevas formas de delito» son difíciles de combatir, porque quienes compran las piezas «son gente rica, especializada y de alta sofisticación».
El arqueólogo Byron Camino, del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, sostuvo que aunque las piezas estén en buen estado lejos de territorio ecuatoriano, el verdadero problema es que la historia se encuentra segmentada y «no podemos entenderla».
«Por más que estén bien conservados, la idea es que estén en el país», recalcó el arqueólogo, quien añadió que la riqueza cultural «se trasmite» a través de lo que se tiene, algo que, a su juicio, se está perdiendo.
Una de las acciones que el país ha concretado fue la paralización de una subasta en Bélgica de 22 piezas. Sin embargo, ahora la casa de remates «nos está demandando -relató Arízaga- y debemos demostrar la propiedad» de los artículos.
Para la especialista, esta exigencia es innecesaria, pues «es lógico que la cultura Valdivia sea nuestra, no hay otra posibilidad».
Ese pueblo fue el más antiguo de agricultores sedentarios y ceramistas de Ecuador, y uno de las primeros de Sudamérica, cuyas figuras emblemáticas son las venus.
Para demostrar la propiedad, los países que poseen las piezas exigen a Ecuador investigaciones científicas, pero éste no tiene un inventario, «porque -dijo la experta- éstas salieron ilegalmente», y tampoco cuenta con descripciones específicas ni gráficas de los objetos desaparecidos, precisó Arízaga.
Lo óptimo, a su juicio, sería que las otras naciones acepten los reclamos y devuelvan los bienes como muestra de reciprocidad, apuntó.
Actualmente el proceso es complejo, tras presentar una demanda a través de la Fiscalía, las embajadas deben acudir a los tribunales en las naciones correspondientes y eso es caro.
El Gobierno ecuatoriano mantiene litigios con Alemania, Italia, Francia, Noruega y Dinamarca y, en algunos de ellos, quienes se adueñaron de las piezas han demandado a su vez al Estado ecuatoriano por hasta 57.000 euros (unos 79.524 dólares), alegando que los objetos se adquirieron de «buena fe».