Este año iniciará en el país la construcción de superautopistas y vías rápidas que no atraviesan poblados ni tienen intersecciones, con un presupuesto de aproximadamente 10.000 millones de dólares.
Estas carreteras permitirán acortar las distancias, dar mayor seguridad a la circulación vehicular y reducir el tiempo de viaje entre las principales ciudades en un país, en beneficio de cargas que se transportan exclusivamente por tierra.
El subsecretario de Obras Públicas y Transporte, Iván Sempértegui, precisó que en los últimos seis años han sido intervenidos 7.820 km de carreteras y caminos, de los cuales 6.440 km están totalmente concluidos.
La inversión superó los 7.620 millones de dólares en 9.200 km de vías, incluyendo las construidas además de las intervenidas, informó Sempértegui.
La actual red vial en el país permite enlazar los diferentes centros de producción con los de consumo y se ha convertido en un motor para la industria, el comercio y el turismo. En 2012 se movilizaron por tierra 11 millones de turistas.
El funcionario aseguró que la inversión en vialidad ha superado a la de los tres gobiernos anteriores juntos y añadió que, para precautelar la inversión, hay un programa de mantenimiento por resultados.
“En 2012 contratamos seis proyectos, en los cuales el primer año se hace la rehabilitación de la vía, en los tres restantes la tarea es mantenerla en las condiciones que fue recibida el último día de la construcción, es decir, mantener el nivel de excelencia vial”.
Entre los proyectos emblemáticos en curso destacan la ruta Manta (Ecuador)-Manaos (Brasil), que une el océano Pacífico con el Atlántico mediante un corredor intermodal; la Troncal Amazónica y la Ruta del Spondylus, que recorre el perfil costanero y tiene una longitud de aproximadamente 1.000 km.