Denisse Robles, Alexandra Ocles y Marlene González tienen distintas experiencias desde la participación política en Ecuador, donde por ley se garantiza la igualdad de cuotas en la lista electorales para que ellas puedan tener voz y voto en un país todavía “sexista”.
Denisse, de Milagro, la provincia de Guayas, es la alcaldesa más joven del país electa con 26 años de edad; la afroecuatoriana Ocles se ha visto precisada a “demostrar que es capaz” para hacer su carrera en la política en Quito, y Marlene tuvo que “pelear duro” el cargo que ganó en las urnas pero le arrebataron los hombres en su provincia de Zamora Chinchipe.
“La que diga que no le costó, miente. Siempre digo que a mí nadie me regaló nada, cada cosa la conseguí peleando, y la lucha es desde donde una está, mientras no haya la igualdad”, dijo la asambleísta a Andes en su despacho de Quito.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) facilitó a Andes una filmación donde Marlene describe cómo pese a quedar empatada en las votaciones con su contrincante, éste fue designado para la Presidencia del Gobierno Autónomo Parroquial Nuevo Paraíso, pese a que la ley nacional dice que en estos casos ellas son las vencedoras, y, sin embargo, no hubo sanción para los infractores del Código de la Democracia.
En Ecuador, donde en 1924 votó por primera vez una mujer, ellas son 8’087.914, el 50,5% de la población nacional, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), y de acuerdo con los pronósticos, para 2020 serán más porque su esperanza de vida será de 79 años, cinco más que los hombres.
Del total, un millón 69 mil 988 son jefas de hogar, pero llegar a un puesto en la política no es tarea fácil aunque a algunas se las vea en cargos importantes, fundamentalmente en el Ejecutivo, donde de 2008 a la fecha es visible su participación a este nivel como ministras y viceministras, mientras el país ocupada el segundo puesto entre 19 naciones de América Latina y el Caribe con más parlamentarias entre 2012 y 2014, antecedido solo por Nicaragua.
Ecuador ha sido reconocido internacionalmente debido a la normativa que ha permitido una mayor incorporación de ellas al ámbito político, pero Roxana Silva, consejera del CNE, explicó a Andes que esto es solo en participación, porque en cuanto a la elección las cifras siguen rezagadas, de acuerdo con los últimos resultados electorales.
Mujeres al gobierno
Si bien la Constitución de 2008 promueve la representación paritaria de mujeres y hombres en cargos por nominación o designación de la función pública, en 2009 el Código de la Democracia reconoció el principio de paridad de género. La secuencia y alternatividad ya estaba reconocido desde el 2000 en la Ley de Cuotas, entre hombres y mujeres en los listados electorales pluripersonales.
La Agenda Nacional de las Mujeres y la Igualdad de Género señala que desde 2007 se incrementa la participación femenina en cargos públicos por designación, siendo el año 2010 el de mayor representatividad, y también en otros ámbitos se constatan avances, pero la Ley de Cuotas marcó un hito en este ámbito.
Según la misma fuente, en 2012 en la Corte Nacional de Justicia la participación femenina fue del 42,9%, en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, el 57,1%, y en el Consejo Nacional Electoral el 40,0%, lo cual se atribuye a la aplicación de la Constitución, a las leyes y a la decisión de las autoridades.
Silva señala que aunque “hay avances considerables”, sobre todo por las normativas, ellas suman más en la salida (cuando son propuestas), pero en la llegada (cuando son electas) están todavía muy por debajo del 50%.
En los últimos comicios realizados en 2014, una de cada cuatro autoridades electas resultaron mujeres, siendo la más grande elección con 5.651 ganadoras en las urnas (un 25% de las nominadas) de un puesto en disputa a nivel de gobierno local, según la publicación del CNE sobre “Indicadores de participación política de la mujer ecuatoriana”.
“Existe un principio de paridad de género de salida, pero no de llegada en el tema de ejercicio efectivo de toma de decisiones y el ser autoridad”, indicó Silva. O sea, las mujeres son propuestas pero en cuanto a participación por votación, todavía falta mucho por hacer, básicamente en el ámbito local, según las estadísticas, expuso la consejera del CNE, quien agregó: “creo que hay que trabajar más por una participación más efectiva, más real. Una cosa es terciar, una ser candidata y otra llegar y actuar como autoridad”.
En 2013 se alcanzó un 38.2 % de asambleístas del sexo femenino, el más alto en la historia de Ecuador, y en 2014 se elevó al 40%, pero tras la renuncia de legisladores.
Fuente: ANDES