Ecuador podría ser el sexto país que integrará el bloque económico del Mercado Común del Sur (Mercosur), cuya cantidad de habitantes es de 200,6 millones.
Mañana en la reunión de Brasilia se analizará su ingreso, junto con el de Bolivia. Desde mediados de este año Venezuela pasó a formar parte oficialmente del grupo.
El Mercosur fue constituido en el año 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, originalmente, y en junio de 2012, Venezuela pasó a formar parte del bloque regional.
Los empresarios ecuatorianos expresan criterios divididos sobre el nuevo reto. Según explican ya hay un acuerdo de desgravación arancelaria entre los bloques (CAN-Mercosur) pero las exportaciones no reflejan los resultados esperados.
El analista económico Carlos Tapia Delgado señala que la economía ecuatoriana tiene sectores considerados vulnerables que deben recibir un trato “muy preferencial”.
Considera que el afán de pertenecer al bloque, en el que la agroindustria es desarrollada, podría poner a este mismo sector local en desventaja. “El desarrollo de toda economía demanda acuerdos comerciales y el Mercosur es un paso trascendental, sin embargo, habrá que tener un tratamiento especial porque nuestra economía es pequeña, igual a la de Uruguay y Paraguay”, manifiesta.
David López, analista de Comercio Exterior de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), cree igualmente que la magnitud e importancia que reviste para la estructura productiva del país una decisión de esta naturaleza dejaría al país con un balance negativo.
Sostiene que adherirse a un bloque comercial de países con una estructura y realidad productiva diferente a la que posee Ecuador sí afectaría.
Destaca que el análisis evidencia que hay poco crecimiento de las exportaciones hacia el grupo. En 2001, Ecuador vendió $ 145 millones y en 2011 llegó a $ 231 millones, es decir hubo un crecimiento de apenas 5% por año; en contraste, las importaciones desde ese mercado pasaron de $ 317 millones a $ 1.570 millones en el mismo período, es decir, una tasa de 17% de crecimiento anual.
Indica que en la actualidad un 95% de las exportaciones que se dirigen al Mercosur no paga aranceles, el 5% restante mantiene cronogramas de desgravación que culminarán en 2018.
Para Fabricio Reyes, experto en el tema, la incorporación del país al bloque económico será un nuevo desafío para los empresarios, pues cree que es el momento de “integrarnos para hacer frente a otras economías fuertes en el continente, como la conformada por Estados Unidos, México y Canadá”.
Reyes asegura que este bloque es liderado por Brasil, la sexta economía más grande del mundo, que tiene consolidado su desarrollo. De ahí lo importante de formar parte del mismo y que le puede hacer frente a otros sistemas económicos del mundo.
“Ecuador no puede estar apartado de la realidad mundial, por eso la propuesta que tiene el país de ser parte de los bloques de la Unasur, Celac, ALBA, demuestra su interacción con las economías de la región para hacer frente de manera efectiva a nuevos retos”, insiste.
Eduardo Peña, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, cree por su parte que las perspectivas de desarrollo comercial con el Mercado Común del Sur son inciertas, porque hay que considerar que los principales socios que tiene el país en la región son Colombia, Perú, Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea.
En todo caso será un nuevo reto para el país, pero siempre hay que considerar que si ingresa se debe analizar temas de ventajas para los empresarios ecuatorianos, sugiere.
Roberto Aspiazu, director ejecutivo del Comité Empresarial Ecuatoriano, no ve mayor beneficio en el ingreso al Mercosur, por cuanto ya hay un acuerdo vigente de desgravación arancelaria desde 2005 que es realizado de bloque a bloque con la CAN.
Advierte serios problemas con el ingreso del país, porque el Mercosur está supeditado al gigante brasileño, es decir, según él, responde a los intereses de Brasil.
Insistió en que hay que recordar que las negociaciones deben hacerse desde el bloque en su conjunto. “Estas son las situaciones adversas que podrían suscitarse, de ahí que para incrementar el comercio no tendrá mayor beneficio al haber un acuerdo en vigencia”, recalca.