La biotecnología, las aplicaciones en la industria farmacéutica y el estudio de los glaciares son actualmente los ejes fundamentales de la investigación científica que Ecuador desarrolla en la Antártica.
«Todas nuestras investigaciones tienen un fin práctico», explicó Alejandro Suárez, responsable de temas antárticos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador.
Tras permanecer un mes en la «base Maldonado», el centro de investigación operado por Ecuador en la Antártica, un grupo de científicos ecuatorianos se trasladó este martes hasta la isla Rey Jorge, frente a la bahía Fildes, para iniciar el viaje de regreso a su país.
La base ecuatoriana es eminentemente científica, no militar. Se trata de una instalación permanente situada en la isla de Greenwich, en la parte suroccidental del archipiélago de las Shetland del Sur.
El año pasado el presidente Rafael Correa viajó hasta la base, la primera vez que un mandatario ecuatoriano visitaba esa instalación, construida hace 23 años.
La estación opera sólo durante los meses del verano austral, señaló el embajador Suárez, quien destaca el buen nivel de los trabajos científicos de su país en el «continente helado».
En esos meses llegan hasta la base técnicos del Instituto Oceanográfico de la Armada y del Instituto Geográfico Militar, así como profesores de escuelas politécnicas. El pasado martes fue el relevo del último contingente.
«Nosotros somos el tercer grupo científico que participa este año y ahora está llegando el cuarto, que permanecerá aquí hasta el 14 de marzo, día en que será clausurada la estación, hasta la siguiente campaña de verano.
«Nuestra estación cuenta con uno de los mejores laboratorios de cuantos hay en este área», asegura el responsable de temas antárticos de la Cancillería ecuatoriana.
Los hallazgos de sus investigaciones encuentran aplicación en la industria farmacéutica y en el ámbito de la biotecnología.
«Este continente es un espacio abierto a toda la humanidad, con fines específicamente científicos, orientados hacia la paz», explica Suárez.
La zona de la península antártica está atestada de bases científicas y navales que conforman una especie de «Naciones Unidas en medio de los hielos».
«La convivencia entre los científicos y el personal militar de los distintos países se hace muy necesaria», enfatiza el diplomático.
Ecuador tiene muy buenos niveles de comunicación con Chile, Argentina y Perú, y además mantiene un acuerdo con Venezuela en virtud del cual científicos de ese país realizan campañas de investigación en la base Maldonado.
El aislamiento y las condiciones extremas propician las relaciones de camaradería. Todos los jueves los científicos de Ecuador llegan hasta la base chilena «Arturo Prat» para comunicarse con sus familiares por Internet.