El director de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA), Keith Alexander, informó hoy de que pretende desclasificar y hacer públicos algunos detalles de los programas de vigilancia de su agencia, que eran secretos hasta la filtración de Edward Snowden.
«Nos hemos comprometido a ser tan transparentes como sea posible en este caso, y queremos hacer eso. Queremos proporcionar al pueblo estadounidense la información. Creo que es importante que tengan esa información, pero no queremos poner en peligro vidas estadounidenses al hacerlo», explicó Alexander tras una reunión a puerta cerrada con el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
El presidente del comité, el legislador republicano Mike Rogers, dijo que espera que la información desclasificada sea publicada en los próximos siete días con el fin de calmar los temores de la gente acerca de la recopilación de registros telefónicos y datos digitales.
«Durante la próxima semana, vamos a poder obtener una desclasificación de la información que, creo, va a permitir que la sociedad estadounidense comprenda mejor» la cuestión, dijo Rogers, quien agregó que espera ofrecer algunos detalles sobre planes terroristas contra objetivos y aliados estadounidenses que fueron «desarticulados» gracias a los programas de vigilancia.
La semana pasada el excontratista de la CIA Edward Snowden filtró al diario británico The Guardian y al estadounidense The Washington Post que la NSA y el FBI tienen acceso a millones de registros telefónicos amparados en la Ley Patriota, que fue aprobada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Posteriormente, los periódicos revelaron un programa secreto conocido como PRISM, que permite a la NSA ingresar directamente en los servidores de nueve de las mayores empresas de internet estadounidenses, como Google, Facebook, Microsoft o Apple, para espiar contactos en el extranjero de sospechosos de terrorismo.
Las filtraciones han puesto a la defensiva a la Administración Obama, aunque el Gobierno ha asegurado que ambos programas están amparados por la Constitución y las leyes estadounidenses.
Snowden trabajó durante cuatro años para la NSA como empleado de varias compañías adjudicatarias de contratos de defensa, la última de ellas Booz Allen Hamilton, desde la que tuvo acceso a la información secreta.
El joven ha estado una década relacionado con la inteligencia estadounidense, primero como técnico informático de la CIA, basado en Ginebra, y después como consultor en varias empresas externas de defensa que colaboran con la NSA, según reveló él mismo al diario británico The Guardian.
El informático, que en un principio reveló las informaciones de forma anónima, reivindicó el pasado domingo las filtraciones desde Hong Kong, donde se encuentra desde el pasado 20 de mayo.
Se espera que las autoridades estadounidenses presenten cargos contra él e incluso puedan cursar una petición de extradición a la isla.