La fuerte tormenta invernal en el noreste de Estados Unidos ha dejado acumulaciones de nieve de hasta 60cm de alto y obligó a cancelar unos 2.300 vuelos, mientras se espera que cientos más se vean afectados.
Los estados de Nueva York y Nueva Jersey declararon el estado de emergencia en sus territorios. El aeropuerto JFK en Nueva York cerró para poder despejar la nieve. Las escuelas públicas de la ciudad no abrieron sus puertas. A causa de los fuertes vientos la sensación térmica llegó a los -25°C en Nueva York.
Las condiciones son peligrosas en muchas carreteras. De acuerdo a los meteorólogos, puede haber ráfagas de hasta 50 km/h, capaces de producir congelamiento en 30 minutos. El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo: «Esto no es broma; la gente realmente deber considerar quedarse en casa».
Por su parte, el recién asumido alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, pidió a los ciudadanos que «si no tienen que salir, por favor no salgan; quédense fuera de las calles, fuera de sus autos».
Y el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, ordenó que todos los empleados estatales que no cumplen tareas esenciales se queden en sus casas. Lo mismo ocurrió en Massachusetts y Connecticut.
Algunos trenes de pasajeros en la ciudad de Nueva York funcionaban con horarios reducidos, y algunas arterias principales de la ciudad fueron cerradas en forma temporal. Los buses operan con retrasos.
Un trabajador de un depósito de sal murió en Filadelfia cuando fue aplastado por una pila de 30 metros de sal. Otro hombre, rescatado del Lago Michigan por los bomberos, se encontraba en estado crítico. La tormenta ha abarcado desde el bajo valle del Mississippi hasta la costa atlántica.
Foto: Reuters