Terribles sequías, inundaciones y oleadas de calor asolaron al mundo en 2011 debido a mayores niveles de gases de efecto invernadero, que incrementan las posibilidades de que se produzcan sucesos climatológicos extremos, advirtieron ayer científicos estadounidenses.
Los datos se encuentran en el informe anual del estado del clima de 2011, compilado por casi 400 científicos de 48 países y publicado en la revista Boletín de la Sociedad Estadounidense de meteorología.
«2011 será recordado como un año de fenómenos extremos, tanto en Estados Unidos como en el mundo», afirmó Kathry Sullivan, directora adjunta de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA).
El año pasado fue uno de los 15 más calientes desde que el registro del clima comenzó en 1800, y el ártico continuó mostrando cambios más rápidos que el resto del planeta. El hielo tuvo la segunda superficie más pequeña jamás registrada en el período estival.
A pesar de la tendencia ocasionada por La Niña, que enfría las aguas del este ecuatorial del océano Pacífico, las temperatura global de la superficie del mar se situó entre una de las 12 más altas registradas. La Niña influenció muchos de los eventos climatológicos significativos, como las sequías históricas de áfrica del Este, el sur de Estados Unidos, el norte de México, así como las oleadas extremas de calor y frío en Gran Bretaña, afirma el informe.
Tomando como patrón el noviembre inusualmente cálido de Gran Bretaña en 2011 y la ola de frío de diciembre de 2010, los científicos encontraron que los diciembres fríos tienen la mitad de probabilidades de ocurrir ahora en comparación con hace 50 años, mientras que los noviembres cálidos, 62 veces más.