El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, se convirtió en el nuevo Papa de la Iglesia católica y el primero de América Latina, con el nombre de Francisco I, tras ser elegido este miércoles como sucesor de Benedicto XVI.
El anuncio del nombre del nuevo Pontífice, el primer jesuita y el 266º de la historia fue acogido con gritos de alegría por la muchedumbre que abarrotaba la gran plaza de San Pedro, en el Vaticano.
«Anuntio vobis gaudium, habemus Papam» (Os anuncio una gran alegría, tenemos Papa), manifestó el protodiácono francés Jean-Louis Tauran, y acto seguido reveló al mundo la identidad del nuevo líder de 1.200 millones de católicos.
Poco después, Francisco I salió al balcón de la Basílica de San Pedro por primera vez, donde bromeó sobre el hecho de que los obispos hubieran ido a buscarlo «al fin del mundo», en relación a su país de origen.
«Hermanos y hermanas, buenas tardes. Sabéis que el deber de un cónclave es dar un obispo a Roma y parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo al fin del mundo, pero ya estamos aquí», fueron las primeras palabras que Bergoglio pronunció ante una multitud que lo ovacionaba.
Ya en tono serio, instó a los fieles a «emprender un camino de fraternidad, de amor» y de «evangelización».
Después les solicitó que pidan a Dios que le bendiga y tuvo palabras de recuerdo para Benedicto XVI, quien, según fuentes oficiales vaticanas, ha seguido la «fumata blanca», el anuncio y la presentación del nuevo Pontífice por televisión.
Francisco I, vestido con la sotana blanca papal, oró un padrenuestro y un avemaría ante la multitud. «Mañana pediré a la Virgen que proteja Roma. Buenas noches a todos y que descansen», concluyó.
La misa de inicio de pontificado será el 19 de marzo, festividad de San José, patrón de la Iglesia, informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
Fumata blanca
A las 19:08 (hora de Roma), la chimenea de la Capilla Sixtina emanó humo blanco, indicando que los cardenales reunidos en cónclave eligieron al sucesor de Benedicto XVI. El cónclave duró dos días y requirió cinco votaciones.
A la par de la fumata blanca, las campanas de la Basílica de San Pedro repicaron dando la buena nueva. Varios miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro desafiando el mal tiempo, estallaron en algarabía.
El nuevo Pontífice pasó a la llamada «Sala de las lágrimas», donde los elegidos suelen llorar allí en relativa intimidad, ante la magnitud de la responsabilidad que acaban de asumir.
Entre los nombres que barajaban los expertos como favoritos para suceder a Benedicto XVI constaban: el italiano Angelo Scola, de 71 años y arzobispo de Milán; el brasileño Odilo Scherer, de 63 años, arzobispo de Sao Paulo y considerado el candidato de la curia; el canadiense Marc Ouellet, prefecto de la congregación para los Obispos y discípulo de Benedicto XVI; y el mediático estadounidense Timothy Dolan, de 63 años y arzobispo de Nueva York.