El presunto autor de los asesinatos de siete personas en Toulouse y su región en los últimos días, acorralado por la policía en su piso en esa ciudad del sur de Francia ha dicho a los agentes que se rendirá al final de la tarde de hoy, informó el fiscal jefe de París, François Molins.
En una conferencia de prensa, Molins señaló que Mohamed Merah había evolucionado en sus anuncios con los policías sobre cuándo iba a entregarse, y «ahora es más bien al final de la tarde».
El ministro del Interior, Claude Guéant, había contado horas antes que esta mañana Merah prometía rendirse por la tarde, y se dijo que había dado como horquilla las 14.00-14.30 hora local (13.00-13.30 GMT) pero no lo ha hecho.
El representante del Ministerio Público explicó que después del primer intento fracasado de arrestarlo de madrugada, «hemos entrado en una fase de discusión-negociación (…) para encontrar una solución.
«Nadie sabe qué tiene en el apartamento», reconoció tras recordar que se ha requisado un coche con armas que estaba junto al edificio en el que está cercado, que ha afirmado haber alquilado otro automóvil, un Renault Clio, que todavía no se ha localizado, y que puede tener explosivos como los que se incautaron a su hermano Abdelkader, arrestado la pasada madrugada cerca de Toulouse.
Igualmente se ha encontrado una cámara en una bolsa que había dejado a un conocido, y podría ser la que dijo haber visto colgada de su cuello un testigo de la matanza de la escuela judía de Toulouse el lunes, en la que fueron asesinados tres niños y el padre de dos de ellos.
Molins puntualizó que «por ahora no hay traza» de que el sospechoso haya colgado en internet el vídeo de esa masacre, algo que había sugerido que pensaba hacer en una conversación que mantuvo anoche con una periodista del canal de televisión «France 24».
El sospechoso, de 23 años, llamó a «France 24» para reivindicar los siete asesinatos en las tres acciones criminales, dos en Toulouse (el lunes y el pasado día 11) y una en la cercana localidad de Montauban.
Las justificó, de acuerdo con el fiscal, por la situación de los palestinos, por la política exterior francesa, y en particular por la intervención en Afganistán, y por la normativa de Francia sobre el uso del velo islámico.
Merah ha asegurado a los negociadores que «había actuado siempre solo», y el fiscal puso el acento en que a partir de lo que se sabe «no se le puede vincular a una organización terrorista conocida», se trata de «alguien con un recorrido bastante solitario» y «de una extrema violencia».
Mohamed Merah, francés de origen argelino, tenía un largo historial como delincuente, ya que siendo menor había sido condenado en quince ocasiones.
Su evolución, analizó Molins, pone en evidencia una «auto-radicalización salafista atípica», marcada por dos estancias en Afganistán y Pakistán, la primera terminada abruptamente cuando fue arrestado en un control de carretera por la policía afgana, que lo entregó a las tropas estadounidenses, que lo enviaron de vuelta a Francia.
La segunda, entre agosto y octubre de 2011, finalizó porque el sospechoso contrajo una hepatitis.
Los investigadores llegaron hasta él al verificar quiénes habían visitado el anuncio que puso en internet para vender su moto el militar asesinado en Toulouse el día 11, y dieron con el nombre de la madre del sospechoso.
La dirección IP (Protocolo Internet) de la mujer les llamó la atención porque era la madre de Mohamed y de Abdelkader Merah, este último presuntamente implicado en una red de envío de yihadistas a Irak.
El presunto asesino se ha jactado ante los policías que le rodean de que «fue formado por Al Qaeda» en la región de Waziristán, fronteriza entre Pakistán y Afganistán, pero que no tiene espíritu suicida, de acuerdo con el fiscal.