El Canciller fue el primer testigo que se presentó esta mañana en el Palacio de Justicia de Quito, en el proceso penal que indaga la rebelión de un grupo de policías el 30S.
Su versión entregada a los jueces del Tribunal Tercero de lo Penal fue contundente. él reconoció los rostros de 5 de los 14 policías indagados por rebelión. Ellos son los capitanes Geovanny Fuentes y álex López, el subteniente Andrés Solano, y los miembros de tropa Pedro Angulo y Fausto Iza.
En el caso de los capitanes Fuentes y López, el Canciller sostuvo que el 30S ambos estuvieron en los exteriores del Regimiento Quito y del Hospital de la Policía. El subteniente Solano estuvo en el interior del Hospital, tratando de impedir la salida del Mandatario o el paso de cualquier persona.
En cambio, el sargento Angulo fue parte de una comisión que habló con el Presidente. Ese grupo policial, recordó Patiño, dijo al Mandatario que vaya hasta los exteriores del Hospital para explicar a los gendarmes sublevados las verdades de la Ley de Servicio Público, para que ahí decidan «si lo dejan salir del Hospital». Mientras que Iza estuvo en el tercer piso del Hospital, donde se encontraba retenido el Jefe de Estado, tratando de causar zozobra y frenar la salida y entrada de personas.
«Ellos dicen que no recuerdan lo que hicieron, pero yo sí me acuerdo de sus rostros (…) He venido con todos los riesgos que identificar a los responsables implica. Mucha gente me recomendó que no lo hiciera, pero para llevar este proceso revolucionario hay que ser valiente. No vamos a olvidar lo qué pasó», sostuvo el Ministro.
Ricardo Patiño fue otro de los testigos que sufrió la violencia y la sublevación de los policías del 30S. él, junto con miles de ciudadanos, fue hasta el Hospital de la Policía, donde el Presidente Correa estuvo retenido por más de 10 horas.
Hay que recalcar que el intento de golpe de Estado se comprueba por las acciones coordinadas que se dieron ese día. Por ejemplo, la toma de la sede de la Asamblea, uno de los poderes estatales; la irrupción a la Base Aérea de Quito, el ataque a Gobernaciones de cuatro provincias, el cierre de carreteras y el ataque a la estación de la TV estatal.
Todas estas acciones se cumplieron mientras el Presidente Correa no podía dejar una habitación del tercer piso del Hospital de la Policía, porque un grupo de uniformados, muchos vestidos de civil y casi todos cubiertos sus rostros había bloqueado su salida.
«Sepan los instigadores y los responsables que aquí estamos personas valientes que no dejaremos que se atente contra la democracia», sostuvo el canciller Patiño a su salida de la audiencia judicial.