La noche del lunes una serie de artistas acudió al céntrico Café Galería Barricaña para debatir sobre la recién aprobada Ley de Cultura, además de las próximas reformas a la Ley de Defensa del Artista y la creación de la Ley de Culturas.
Unos 15 asambleístas y el Ministro de Cultura fueron invitados a participar. Al final, solo Karina Villegas (alterna de Adriana de la Cruz) e Isabel Mosquera (alterna de Iván Hurtado) acudieron a la cita.
Los otros miembros de la mesa principal eran: el actor Héctor Garzón, de la Asociación de Teatreros Casa del Teatro (entidad organizadora); los artistas afroecuatorianos Pablo Maldonado y Norma Rodríguez; Cecibel Villafuerte, propietaria de Barricaña, y los dirigentes de juventudes de Alianza PAIS, Andrés Williams y Gastón Bustamante.
El debate buscaba articular propuestas para proyectos legislativos, pero la mayoría de las intervenciones se centró en el descontento del gremio con su situación.
Inició Pablo Maldonado, artista afrodescendiente, quien reclamó la inclusión de la minoría a la que pertenece en la administración cultural. «Nunca hubo un negro director de Cultura del Guayas», dijo.
Desde el público le recordaban que el poeta afroecuatoriano Antonio Preciado ocupó la cartera de Cultura entre 2007 y 2008.
Héctor Garzón hizo una especie de mea culpa. Recordó a sus colegas que los artistas no se habían «involucrado en el proceso social y político», y que en esa reunión era necesario exponer qué se necesita.
Eugenio Hadatty, secretario del Sindicato Nacional de Músicos, enfatizó que con la Ley de Defensa del Artista no se redactará una nueva legislación, sino que la de 1979, aprobada bajo la última Dictadura Militar, será reformada. En ese sentido dijo que es necesario abogar «por el seguro social para los artistas». Además Hadatty dijo que si bien agremiarse es optativo, para los artistas es «una obligación moral».
Garzón hizo una defensa para que los artistas se agremiaran libremente en asociaciones. Se refería a la Federación Nacional de Artistas Profesionales de Ecuador (Fenarpe), entidad reconocida por el Ministerio de Cultura. «No podemos dejar que solo una organización regule lo que hemos construido en tantos años», dijo.
Briccio Bohórquez, director del grupo de teatro Resistencia, precisó que «aún no somos la fuerza para que nos respeten».
Marco Osorio, del colectivo Corpus, indicó que estaban teniendo problemas para ser reconocidos en el Ministerio de Cultura. «Para acreditarnos como artistas piden fotos del periódico de hace 25 años».
Expresó que los pagos se atrasan y que «alguien tiene que venir de Quito a revisar si hicimos el trabajo». En general, había un descontento con la gestión en Guayaquil del Ministerio de Cultura.
Patricia León, de Ciudad Cacao, habló de un «secuestro de actividades», al tiempo que lanzaba la pregunta: ¿Por qué la FIL no se está ejecutando desde ya? ¿Por qué Guayaquil no lee? ¿Significa que merece seguir no leyendo?».