Gabriel García Márquez lo había escrito una vez: El enigma de los dos Chávez , a propósito de las distintas personalidades que aparentaba el entonces presidente venezolano. La crónica, escrita en el inicio del primer mandato de Hugo Chávez (1999), describe los más notables sucesos en la vida del comandante, y con ello, la esencia del ser revolucionario en una época donde los golpes de estado eran protagonistas.
El «chavismo», su inicio y fin
Todo empezó el 4 de febrero de 1992, cuando el entonces coronel Hugo Chávez comandaba un levantamiento militar en contra del gobierno de Carlos Andrés Pérez (de quien veinte años atrás recibió un sable por su graduación en el ejército) que terminó en un fracaso temporal; pues éste fue el inicio de un Chávez conocido por toda Venezuela. El comandante, luego de darse por vencido de su intento golpista, se dirigió al público a través de la televisión, asumiendo su responsabilidad como líder del movimiento militar bolivariano y exigiendo al cuerpo del ejército «evitar más derramamiento de sangre» en el estado subversivo con el que se encontraban. Su seriedad, sensatez y la frase «El país debe enrumbarse hacia un destino mejor», marcaron una figura de líder poco convencional hasta entonces.
Venezuela en esa época tenía una lista de presidentes con máximo seis años en el cargo, y nadie se imaginaba que el próximo permanecería más de una década en el poder. Un periodista de Univisión hizo una entrevista a Chávez en 1998, cuando éste era un presidenciable. Delgado, y con sus elocuentes respuestas, proponía mejorar el sistema democrático, perfeccionar las relaciones con los pueblos de Latinoamérica, Norteamérica y del mundo, independizar el estado con el capital; y hasta tildar de «dictadura» al gobierno cubano. La entrevista demostraba a un personaje simpático, y contario a la figura de dictador, que aparentaba según el propio interrogador.
Meses más tarde Hugo Chávez se convirtió en el elegido popular con el 56,20 % de los votos. A partir de ahí, el pueblo venezolano sería testigo de la evolución ideológica de un contemporáneo revolucionario que transmitiría sus ideales a toda la región latinoamericana.
El contacto directo con la ciudadanía, garantizarles mejor vida, condenar el terrorismo estadounidense, educar con la figura del líder Bolívar, criticar la función de las empresas privadas (incluidos los medios de comunicación), determinaron una batalla en contra de su gobierno en el 2002, convocada por la principal organización de gremios empresariales de Venezuela, Fedecámaras. Pero al mismo tiempo crecía una cultura defensora de un gobierno. Gran parte de los caraqueños, salieron a las calles a mostrar su apoyo al comandante; hubo enfrentamientos entre ambos bandos y un gobierno triunfante: el chavista.
El discurso socialista de Chávez, desde entonces, fue más enfático. El compromiso de convertir una «Patria Bolivariana» era de todos; desde defender al presidente, hasta sumarse a una lucha, si era necesario. El pueblo entendió, y el chavismo creció hasta ser reelegido en 2004, a través de un referéndum. Dos años más tarde Venezuela tendría al mismo presidente por cinco años más. Cuando a Chávez le detectaron el cáncer, algunos venezolanos se raparon la cabeza en solidaridad con el presidente por su enfermedad. A pesar de su estado, este pueblo dictaba su permanencia, por ello en 2012, lo volvió a reelegir, pero esta vez el deseo popular no se cumpliría.
Los medios más globalizados habían evidenciado un fuerte respaldo popular al presidente venezolano desde su primer mandato, pero éste se iba tornando abusivo, en cuando Chávez ya no era solo el mandatario, era un libertador