El disidente cubano Guillermo Fariñas, que puso fin a su reclamo tras el anuncio de las próximas liberaciones de presos, aseguró a la Radio Nacional de España que era el «primer sorprendido» por la decisión del gobierno comunista. «Hay que dar un margen de credibilidad al gobierno para que libere a esos 52 presos».
El ciberperiodista de 48 años, Fariñas inició su 23º ayuno de protesta el 24 de febrero, al día siguiente de la controvertida muerte de un disidente que practicaba una huelga de hambre, un caso sin precedentes desde hace 40 años y que provocó vivas tensiones en Cuba.
La Iglesia católica, mediadora en este caso, obtuvo el mes pasado del gobierno comunista la liberación de Ariel Sigler. En un hecho inédito, la prensa cubana publicó íntegro el comunicado de la Iglesia sobre la próxima liberación de 52 presos, aunque sin mencionar que se trata de prisioneros políticos.
Fariñas explicó que abandonó la huelga de hambre «para desatar las manos de quienes están negociando con el gobierno cubano. Nosotros no queremos hacer ningún tipo de presión porque nuestro interés es tener a nuestros hermanos libres, ya sea dentro o fuera de Cuba», añadió.