A las embarcaciones que ingresan por el canal de acceso al puerto de Guayaquil les toma alrededor de cuatro horas llegar hasta los muelles de la terminal marítima, lo cual le resta competitividad. Esta situación prevé cambiar el Gobierno ubicando al puerto en un lugar más accesible.
Según un estudio elaborado en 2008 por el Centro de Estudios del Medio Ambiente de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), el canal se encuentra sedimentado en ciertos sectores, representando un problema para el tránsito fluvial.
Actualmente, los buques de gran calado deben esperar la coincidencia de un ciclo de marea alta para su salida o entrada, lo que incide en el aumento de los costos de fletes debido al incremento de los tiempos de espera.
El 27 de julio pasado, el Gobierno anunció la construcción de un nuevo Puerto Marítimo de Guayaquil, con capacidad para mover 50 millones de toneladas de carga anuales (actualmente mueve 22 millones).
Durante un enlace ciudadano, el presidente de la República, Rafael Correa, indicó que es necesaria la salida del puerto de Guayaquil del Golfo. Informó que se realizan estudios desde Posorja hasta Chanduy (límite con la provincia del Guayas) porque en estos lugares «hay aguas más profundas, lo cual volverá más competitivo a este puerto».
«Ya está casi colapsado el actual puerto de Guayaquil con 22 millones de toneladas de carga. En estos momentos para ingresar y salir del Golfo los barcos demoran ocho horas, además hay que esperar que suba o baje la marea. Esto resta competitividad al puerto, por ello sacándolo al perfil costanero es más fácil acceder a él y tendrá más capacidad de carga», argumentó Correa.
Competitividad
María de los Ángeles Duarte, ministra de Transporte y Obras Públicas (MTOP), dijo que los puertos de Guayaquil, Manta, Puerto Bolívar, Esmeraldas y las terminales petroleras son de importancia y necesidad para la competitividad nacional. «Lo que buscamos es que el país sea competitivo, que el comercio exterior, las exportaciones e importaciones no se encarezcan para que la ciudadanía pueda adquirir a mejores precios sus cosas y asimismo los exportadores y empresarios obtengan sus ganancias», dijo.
Recalcó que el puerto de Guayaquil es histórico, que ha estado bien operado, «la ciudad sigue siendo reconocida a nivel mundial, es una de las siete terminales más importantes de la región, y por esa misma razón las exportaciones e importaciones portuarias han crecido exponencialmente».
Duarte subrayó que como Gobierno responsable se está previniendo, ya que el puerto actual de Guayaquil llegará a un momento en que sature su capacidad. «¿Qué es lo que significa saturar su capacidad? Que esté tan abarrotado de operaciones porque lo hacen eficientemente, que las maquinarias tengan más dificultad de movilizarse porque hay demasiada carga, etc».
Colapso del puerto
La titular del MTOP aseveró que en el nuevo puerto serán más ágiles las operaciones. «Los países que quieran comercializar con Ecuador ya no lo van a pensar dos veces; atravesar este canal de 90 kilómetros demora mucho tiempo, aunque se drague el canal a 9,60 metros de profundidad, igual van a tener que esperar a que suba o baje la marea», manifestó.
Explicó que debido al crecimiento de la carga que tendrá el actual puerto en los próximos años se debe buscar una ubicación más accesible. «No es una operación de un momento a otro como que cierro una casa y me mudo al siguiente día. Es un proceso que demorará mucho tiempo», expresó.
Para Luis Luna, experto en temas portuarios, el puerto de Guayaquil no posee las mejores condiciones físicas (en marea baja los barcos se demoran 6 horas en salir a mar abierto), pero su largo historial comercial y las instalaciones portuarias disponibles desde 1958 le reafirman el liderazgo que ha mantenido celosamente. «El puerto de Guayaquil está amenazado por el desarrollo tecnológico del transporte marítimo. No tiene accesibilidad para los grandes barcos Postpanamax y carece de suficiente seguridad para la carga, que son los elementos principales de un puerto moderno de alcance mundial», mencionó Luna.
Contrato con Contecon
Contecon, sociedad ecuatoriana creada por la empresa filipina International Containers Terminal and Service (Ictsi) para operar el puerto de Guayaquil, asumió en mayo de 2007 el manejo de las terminales de contenedores y multipropósito. La empresa firmó el contrato de concesión con el Estado por 20 años (hasta el 2017). «El contrato de concesión con Contecon es de hasta 9,60 centímetros de dragado, por lo tanto más de eso no tiene obligación de dragar», enfatizó Duarte.
Señaló que cuando los de Contecon firmaron el contrato tenían claro que el comercio exterior y el movimiento portuario iba a crecer y dado el momento podrían necesitar más calado y que ellos tendrían que hacerlo por su propia iniciativa y con sus propios recursos «y luego cruzar las cuentas». «Ellos saben que el dragado a la profundidad que se necesita para que entren los barcos es tan costoso y que tarde o temprano tendremos que reubicar el puerto. Ellos temen que en el momento de reubicarlos quizá haya una renegociación y las ganancias no sean potencialmente las que actualmente tienen», dijo la funcionaria.
La ministra reconoció que Guayaquil es uno de los motores de la economía de Ecuador ya que aquí están la mayoría de las industrias que requieren materia prima que procesan los productos y «eso no se puede movilizar de un día para el otro».
«Para el buen dragado del canal, que tiene 94 kilómetros, debe haber una o dos dragas y actualmente la empresa nacional que lo está haciendo tiene mucha experiencia, por ello se ha vuelto a firmar un contrato con ellos. Estamos seguros de que tendrán que alquilar o comprar otra draga porque no podrán mantener el calado de 9,60, que es el compromiso con el Estado», aseguró.
Recalcó que el Gobierno quiere que lo haga de manera perfecta hasta que esté el nuevo puerto o hasta que Contecon quiera traer su propia draga. «Hacer el esfuerzo para hacer un dragado profundo y llegar a los 15 metros de calado, que es lo que se necesitaría, cuesta alrededor de 1.000 millones de dólares. Construir un nuevo puerto, ubicar las instalaciones de la terminal marítima en un sitio más adecuado cuesta lo mismo o menos incluso», dijo.
De su parte, Emilio Aguiar, presidente de la Cámara Marítima del Ecuador, dijo que hay que coordinar los programas y los tiempos de acción, y luego de eso dragar el canal del puerto para que Guayaquil siga brindando las facilidades y puedan entrar naves de mayor calado.
Duarte subrayó que el nuevo puerto seguirá dentro del Golfo de Guayaquil, en los límites de la ciudad, «porque nos interesa que siga estando en el Golfo, es más, vamos a fortalecer a la Autoridad Portuaria de Guayaquil y de ella van a depender algunos puertos pequeños que también están operando en el Golfo».
«Queremos también que Guayaquil surja. Luego de que esté culminado el nuevo puerto, queremos que el actual se destine para el arribo de barcos y de cruceros para que la ciudad se desarrolle mucho en el tema turístico», concluyó.