La Junta Ejecutiva del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) aprobó el Programa del Buen Vivir en Territorios Rurales, que destinará 62,9 millones de dólares para la reducción de la pobreza rural en ocho territorios de Ecuador.
Según informó hoy esta agencia de Naciones Unidas en un comunicado difundido en Roma, el programa tiene un período de implementación de seis años y de esos 62,9 millones de dólares, 32,3 millones serán financiados por el FIDA y el Fondo de Cofinanciación para la Seguridad Alimentaria Español.
El pasado febrero, durante el Consejo de Gobernadores del FIDA, fue anunciada la creación por parte de España de un nuevo fondo de 300 millones de euros para combatir la pobreza rural y garantizar la seguridad alimentaria.
El resto de la financiación del Programa del Buen Vivir en Territorios Rurales, explicó el FIDA, dependerá de la cofinanciación de las iniciativas productivas por parte de las instituciones financieras presentes en los territorios que se verán beneficiados por el programa, así como por los gobiernos locales y el nacional.
Los territorios que se beneficiarán de dicho programa abarcan las provincias de Esmeraldas, Carchi e Imbabura en el norte, Los Ríos, en el centro de convergencia de la costa con la sierra; Tugurahua, Chimborazo y Bolívar, en la sierra central; Manabí, Guayas y Santa Elena en el semi-árido de la costa, y Loja, en el centro sur.
El gerente del programa del FIDA en Ecuador, Francisco Pichón, explicó que este «buscará promover la sostenibilidad de los medios de vida de al menos 25.000 familias rurales»
Así, explicó que el programa actuará apoyando «iniciativas endógenas y territoriales que se desarrollen para impulsar la gestión de los recursos naturales, la inversión en infraestructura socio-productiva y la consolidación de iniciativas económicas estratégicas en el marco de la política nacional de soberanía alimentaria».
El Gobierno de Ecuador pretende, asimismo, apoyar a través del programa la reconversión sostenible de procesos productivos convencionales a modelos agroecológicos y otras iniciativas económicas complementarias para mejorar los ingresos de la población a la que está destinada el programa.
En esta línea, se espera crear nuevos empleos agrícolas y no agrícolas en sectores como el turismo y transformación de productos, mejorar el acceso a mercados y gestionar iniciativas para proteger el medio ambiente, entre otras.
«La articulación del programa con la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias y las cajas de ahorros y bancos comunales que conforman el sector financiero popular y solidario será indispensable para establecer recursos financieros requeridos para dar lugar a iniciativas económicas de mayor alcance», afirmó Pichón.