Los líderes del G8, los siete países más ricos y Rusia, acordaron presionar para reunir en Ginebra a ambas partes del conflicto en Siria lo antes posible en busca de una solución política. Además, también se comprometieron a dedicar 1.500 millones de dólares en ayuda humanitaria al país, anunció el primer ministro británico, David Cameron.
«Apoyamos con firmeza la propuesta de una conferencia que lleve a una solución política al terrible conflicto en Siria», según lo acordado en 2012 en Ginebra, y «condenamos en los términos más enérgicos cualquier uso de armas químicas y todas las violaciones de derechos humanos en Siria», señala el comunicado final de la cumbre a la que asistieron los líderes de Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Rusia, Alemania, Francia, Canadá e Italia en Lough Erne, en Irlanda del Norte, bajo presidencia británica.
«Seguimos comprometidos con el logro de una solución política a la crisis con una visión integradora, unida y democrática de Siria», establece el documento. Para ello, asegura además, «apoyamos firmemente la decisión de celebrar lo antes posible la conferencia de paz de Ginebra sobre Siria», promovida por Estados Unidos y Rusia.
El primer ministro británico, David Cameron, reconoció que el debate sobre el conflicto en Siria fue el más complicado de la reunión y que, aunque persisten las divergencias, todos están de acuerdo en la necesidad de una solución política.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, reiteró la necesidad de acabar con el «baño de sangre» en Siria para poder entablar un proceso de paz y reconciliación entre todas las partes enfrentadas. En una rueda de prensa, Putin calificó de «inaceptable» el uso de armas químicas por cualquiera de las partes enfrentadas, pero aseguró que «no todos los miembros» del G8 creen en la versión ofrecida por Estados Unidos y el Reino Unido, de que el régimen usa químicos letales, porque, según él, no existen pruebas definitivas.
Paralelamente los dirigentes del G8 de potencias industrializadas acordaron nuevas medidas contra el lavado de dinero y las empresas fantasma que se usan para evadir impuestos. Entre las nuevas reglas, los gobiernos establecerán el intercambio automático de información para combatir la evasión fiscal.
Además, las potencias más ricas del mundo se comprometieron a alentar la recuperación de la economía mundial así como el empleo. «Nos hemos puesto de acuerdo para alentar la recuperación mundial respaldando la demanda, consolidando nuestras finanzas públicas y recurriendo a todas las fuentes de crecimiento», afirmaron los líderes en una declaración conjunta suscrita ayer, en el segundo y último día de la cumbre.