“Y amarte como yo lo haría, como un hombre a una mujer, tenerte como cosa mía y no podérmelo creer” era parte de la canción que sonaba en dos pequeños parlantes de la sala Numa Pompilio Llona, en el área de Matrimonios del Registro Civil Estatal, en el centro de la urbe.
Jennifer Vega, quien estudia un masterado en Negocios, jugueteaba nerviosamente con su cabello mientras Manuel Ramos, su novio desde hace siete años, observaba fijamente los documentos que ordenaba el abogado Jair Montaño, encargado de oficiar la unión civil.
El jurisconsulto, por propia iniciativa, colocó una serie de melodías románticas que ambientaron una de las siete salas disponibles en la entidad pública, que en el Día de San Valentín celebró aproximadamente 40 matrimonios.
A Montaño los compañeros lo reconocen como una “voz privilegiada”, capaz de inspirar tranquilidad y seriedad a las parejas que acuden a su despacho. “Parece educado por el mismísimo Cupido”, sostuvo un colaborador que prefirió la reserva.
Montaño regulaba el volumen y la música, según el momento. “Por ti me casaré”, de Eroz Ramazotti fue la melodía que colocó en el momento en que Ramos y Vega sellaron su compromiso ante la ley.
Este detalle fue uno de los tantos que se observaron en el primer piso del edificio del Registro Civil, en 9 de Octubre y Pichincha, durante el día en que se recuerda con mayor énfasis los valores de amor y amistad.
Arreglos de flores, globos rojos y en forma de corazón, cintas y encajes en tonos rojos, rosas y blancos adornaban las entradas a los despachos. El personal se esmeró tanto en la colocación de estos elementos que parejas e invitados aprovecharon la ambientación para tomarse fotografías.
Incluso, para gráficas más elaboradas, en una esquina fue ubicada una mesa que contenía una torta matrimonial de adorno, charoles platinados con piedras de bisutería y un arco de flores como fondo.
Roberto Toledo, colaborador de esta dependencia, comentó que la mesa se encuentra en el lugar, en forma permanente, para las parejas que gusten de llevarse un recuerdo por su matrimonio.
“También tenemos una sala de videoconferencia para que amigos o familiares en el exterior sean testigos de las uniones”, afirmó Toledo. Este servicio se facilita desde 2009 en forma gratuita a quienes contraen matrimonio.
Jorge Pinargote, director provincial del Registro Civil, también decidió participar de los eventos felicitando a las parejas. Dijo que “es un compromiso importante y nosotros procuramos facilitar el proceso y brindar un ambiente que otorgue seguridad y felicidad a los usuarios”.
Pinargote se mostró satisfecho de la labor del personal por acondicionar las oficinas con los colores que distinguen al Día de San Valentín.
Fátima Cárdenas, supervisora provincial de Matrimonios, sostuvo que las nuevas tarifas que rigen desde diciembre de 2011 no afectaron la demanda que se presentó ayer. El 14 de febrero de 2011 se registraron 48 uniones, 4 de las cuales se efectuaron a domicilio.
“Hay ciudadanos que, incluso, deciden casarse sin haber agendado previamente, pero que igual son atendidos”, aseguró Cárdenas. “El día parece inspirar a tomar la decisión de casarse con la brevedad posible”, agregó.
Cerca de las 10:00 de ayer, aproximadamente 100 personas, entre novios, testigos e invitados, coparon el área de Matrimonios.
Las flores son renovadas periódicamente para conservar la frescura en las oficinas que llevan nombres de conocidos personajes de la historia ecuatoriana, como Rita Lecumberry.
El ambiente en planta baja no tenía tantos detalles y en horas de la mañana se observaron largas filas de ciudadanos que realizaban trámites. Los colores del amor se quedaron en el primer piso, como un secreto guardado para quienes se unieron ante la ley y sus familiares.