La marihuana y la base de cocaína son fijas en la oferta que registra el microtráfico en Guayaquil. Pero, al final de cuentas, la “hierba” es la que se impone en ese mercado ilegal, donde los colegios y sus inmediaciones son los preferidos. Eso es lo que se desprende de los operativos que realiza la Policía acantonada en la urbe en lo que va de 2012.
El jefe del Servicio Antinarcóticos del Guayas, Wladimir León, señaló que solo durante la primera mitad del presente año se desarrollaron 368 operativos en los sectores con alto índice de expendio de sustancias estupefacientes en las calles.
Bajo esa modalidad, el decomiso de marihuana correspondió al 55% de casos registrados, y se detuvo por su tenencia a 42 personas, muchas de ellas menores de edad, cuyas edades oscilaban entre los 12 y 17 años. Esa realidad coincide con las estadísticas procesadas en 2008 por el Consejo Nacional de Control de Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep), que señala que la edad de consumo de drogas, siendo inicialmente la marihuana, se redujo de 15 a 12,7 años.
El informe indica, además, que al 7% de los estudiantes de Guayaquil se le ofreció en algún momento marihuana dentro y en los exteriores del colegio. Mientras que en el resto del país la cifra fue del 4,9%. Seguramente, a ese 7% perteneció Tamara Lisbeth Chévez Muñoz, de 13 años y estudiante del colegio militar General Paco Moncayo, situado en Guaranda y Vacas Galindo, en el sur de Guayaquil.
La menor pereció el pasado 1 de octubre a consecuencia de una presunta sobredosis de droga. Los familiares y autoridades de educación aún esperan los resultados de los exámenes que determinarán qué sustancia fue la que consumió.
Pero el problema no está solo en los colegios. Espléndida Navarrete, jueza 15º de Adolescentes Infractores del Guayas, confirmó que se ha incrementado hasta un 15% las causas por tenencia de droga contra estudiantes, no solo de secundaria, sino inclusive de escuelas, cuyas edades no superan los 12 años, por lo que en coordinación con los padres de familia y Fiscalía, implementan diversas herramientas que sirven como terapia de reinserción.