El papa Francisco agradeció, a través de su cuenta en Twitter, «la magnifica acogida» que le brindó Río de Janeiro, a donde llegó ayer para participar en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Este martes se dedicará a descansar en una residencia de la Arquidiócesis de dicha localidad. No cumplirá compromisos oficiales, aunque no se descarta que mantenga encuentros informales.
En tanto que la XXVIII JMJ será inaugurada en forma oficial hoy, con una misa en la playa de Copacabana, en la que no se espera la presencia de Bergoglio.
El Sumo Pontífice arribó el lunes por la noche, después de las 22:00 (hora local) a la Residencia Asunción, en el barrio Alto de Boa Vista, en el norte carioca, tras haber mantenido una conversación reservada con la presidenta Dilma Rousseff.
Previamente, el Papa había pronunciado un discurso en el que destacó la importancia de los jóvenes, y realizado un recorrido por el centro de Río de Janeiro a bordo de un vehículo abierto, que quedó atrapado 10 minutos en el tráfico mientras una multitud le rodeaba, golpeaba la ventanilla y hasta le tiraba regalos dentro. Esto generó cuestionamientos sobre el operativo de seguridad.
Francisco tiene previsto visitar el miércoles el mayor santuario católico de Brasil, Aparecida, en el estado de Sao Paulo, donde las fuerzas de seguridad encontraron el domingo un explosivo de fabricación casera y lo detonaron.