Benedicto XVI afirmó este miércoles, durante su primera aparición pública tras el inesperado anuncio de su renuncia, que deja de ser Papa «por el bien de la Iglesia».
Conmovido y con rostro cansado, ante unos 3.500 fieles del mundo entero congregados en la sala Pablo VI del Vaticano, Benedicto XVI habló de su histórica renuncia al trono de Pedro. «He renunciado con plena libertad por el bien de la Iglesia».
Acogido por una muchedumbre entusiasta que lo ovacionó gritando su nombre y batiendo palmas, el papa alemán, de 85 años, parecía cansado.
«He orado mucho» y «examinado ante Dios mi conciencia, consciente de la gravedad de tal gesto», dijo.
Acogido con los gritos de «¡Benedetto!, ¡Benedetto!», el Pontífice agradeció el caluroso recibimiento: «Doy gracias a todos por vuestro amor y vuestras oraciones», dijo.
El pasado lunes, con un anuncio inédito en la historia de la Iglesia moderna, Benedicto XVI renunció a partir del 28 de febrero al pontificado invocando razones de salud y edad. A partir de esa fecha se iniciará el proceso para la elección de su sucesor.
Ese día el Pontífice abandonará el Vaticano a las cinco de la tarde en Roma, tres horas antes de que firme su renuncia al Pontificado, informó el portavoz Federico Lombardi.
Luego se trasladará en helicóptero a la residencia de los papas de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros al sur de la capital italiana.
El Papa reconoció hoy que no tiene «las fuerzas necesarias» para gobernar la Iglesia y que su energía ha disminuido durante los últimos meses.