El papa Francisco y el presidente de Bolivia, Evo Morales, mantuvieron una reunión privada que duró 32 minutos, y en la que se tocaron temas relativos a la situación socioeconómica del país, las relaciones entre el Estado y la Iglesia y la paz en Siria y Medio Oriente.
El encuentro se desarrolló en una «clima de cordialidad» y se habló sobre la «situación socioeconómica y religiosa del país», en particular sobre «la lucha contra la desigualdades sociales y la pobreza», informó la oficina de prensa vaticana.
Pero el tema de las relaciones Estado-Iglesia, no siempre cordiales en los últimos años en Bolivia, también estuvo presente, destacándose la «importancia de buenas relaciones» sobre temas «de común interés y al servicio de la entera nación».
Aunque sobre la «promoción de la paz en Siria y Medio Oriente» el Vaticano no entró en detalles, se sabe que el presidente boliviano y el venezolano han dado su apoyo a la jornada de ayuno y plegaria por la paz a la que Francisco ha invitado a creyentes y no creyentes de todo el mundo el próximo sábado.
Apenas se vieron en la sala del Tronetto del segundo piso del Palacio Apostólico, Francisco y Morales se estrecharon las manos y el mandatario boliviano le dijo «Para mí usted es el hermano Francisco», en tácita alusión de San Francisco de Asís. A lo que el papa contestó «Así debe ser, así debe ser».
El mandatario latinoamericano estuvo acompañado, entre otros, por el canciller boliviano, David Choquehuanca, el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, y el embajador ante la Santa Sede, Carlos de la Riva, además de la embajadora de España ante Bolivia, Carmen Almendras, que ha seguido toda la gira europea.
Después de la audiencia con Francisco, el presidente boliviano mantuvo otro encuentro con el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, y el equivalente en el Vaticano del ministro de relaciones exteriores, el larzobispo Dominique Mamberti.
El Papa le regaló al presidente una medalla de su pontificado y el libro sobre la reunión de obispos latinoamericanos en Aparecida (Brasil), que el pontífice suele regalar a los mandatarios de la región. Y se le vio indicando a Morales algunos capítulos interesantes.
Por su parte el Pontífice recibió un libro de fotografías titulado «Memoria gráfica de la reintegración marítima boliviana».
Al despedirse, con un caluroso abrazo, el Papa envió «saludos a los amigos».
Se trata del segundo encuentro de Francisco con el mandatario boliviano, pero el primero en el Vaticano, tras la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, en el mes de julio, en la que Morales viajó a Brasil para un encuentro de Francisco con varios presidentes latinoamericanos.