La erradicación transversal de la pobreza, el cambio en la matriz productiva, la apropiación del conocimiento investigativo, tecnológico y económico, el derecho a la información, la equidad y cohesión territorial son algunos de los nuevos 12 puntos que incorpora el Plan Nacional del Buen Vivir, para el periodo 2013-2017.
Ayer, el instrumento, que articula las políticas públicas y la inversión en Ecuador, fue presentado en el Palacio de Carondelet, al presidente Rafael Correa, quien tiene, junto al Consejo Nacional de Planificación, hasta 90 días para aprobarlo.
El nuevo Plan promueve rupturas programáticas que se diferencian del esquema aplicado en el periodo 2007-2011. Se persigue la consolidación de objetivos intersectoriales; es decir, que no pasan por ministerios específicos, sino por todas las carteras de Estado.
A pesar de que el eje de pobreza, por ejemplo, estuvo en el Plan anterior, ahora toma una nueva orientación porque se concebirá desde la acción en el territorio, con el objetivo de que los frutos de aquella equidad se traduzcan en reformas concretas. En base a esto es que el Gobierno creó un Comité de Erradicación de la Pobreza. «No estaremos tranquilos hasta que todos los ecuatorianos salgan de la pobreza», señaló Fander Falconí, titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), quien ratificó que este eje recoge un pedido que hizo Correa a su equipo de trabajo.
Creatividad del conocimiento
Falconí afirmó que en los próximos cuatro años, también, se buscará definir los ejes de una matriz basada en la ciencia y tecnología.
Con este objetivo, las tareas y políticas que se desarrollarán irán encaminadas a pasar de una economía de recursos finitos, como el petróleo y minerales, a una sociedad de la creatividad del conocimiento, de la ciencia y de la tecnología.
En este sentido, se apuntará a la diversificación de la especialización y al fortalecimiento de la ciencia y la tecnología con ejes transversales de sostenimiento de la economía de productos primarios hacia recursos infinitos como el conocimiento.
Para Falconí, el sector industrial presentó altas tasas de crecimiento, pero no hubo mayores cambios en la composición del sector y, por ello, se hace necesario, modificar la matriz productiva del país. Esta transformación apunta al uso inteligente de los recursos para el tránsito de una sociedad que se sostiene en elementos extractivos del conocimiento. Para hacerlo, Senplades propone la diversificación de la oferta exportable, cuidar la balanza comercial con la sustitución selectiva de importaciones y lograr un asiento de la industria de base y el encadenamiento productivo.
Equidad y cohesión territorial
En la visión de largo plazo del nuevo Plan Nacional del Buen Vivir, la variable población será importante. Esto, con miras a disminuir las brechas territoriales urbanas y rurales. Para lograrlo, Senplades tiene dos caminos: cerrar el déficit de acceso a los servicios básicos y lograr institucionalidad con el trabajo en circuitos y distritos.
El proyecto tendrá metas concretas en el tema territorial y exigirá la corresponsabilidad de los municipios para que dirijan sus inversiones y, de esta manera, cerrar las brechas territoriales vigentes.
El desafío del gobierno será pasar a la inserción en los mercados globales con elementos redistributivos de acceso a la tierra y el agua, por un lado, pero además elevando la productividad.
Las estrategias en este camino serán claros: sostener la comercialización, mejorar los niveles de tecnificación y la investigación de semillas certificadas.
Falconí precisó que el Plan Nacional tendrá nuevos sistemas métricos de evaluación de los proyectos y programas. Cuando Correa apruebe el documento, éste será presentado a la sociedad en general.