El candidato François Hollande fue elegido ayer presidente de Francia, con un 52% de los votos, frente al mandatario conservador Nicolas Sarkozy (48%), quien reconoció la derrota, en el primer vuelco a la izquierda de un gran país europeo desde el comienzo de la crisis que sacude al Viejo Continente.
Al cierre de los comicios a las 20:00, que convocaron a 45 millones de electores y de los cuales más del 80% participó, la victoria del socialista fue confirmada por tres institutos de sondeo. Según CSA, el ganador obtuvo el 51,8% de los votos, Ipsos informó que el 51,9% y TNS Sofres, el 52%.
Nicolas Sarkozy, por su parte, confirmó que su contrincante es el nuevo presidente del país, asumió toda la responsabilidad de su derrota y deseó buena suerte a su sucesor. “Francia tiene un nuevo presidente y debe ser respetado”, expresó el conservador ante cientos de simpatizantes.
En su primer discurso ayer en Tulle, el presidente electo prometió luchar contra el déficit, pero advirtió que la austeridad no puede ser una fatalidad. “Los más jóvenes no habían conocido una victoria así. Estoy orgulloso de haber devuelto la esperanza. Siento la emoción de la responsabilidad. El cambio que propongo empieza ahora”, enfatizó.
Luego de ello, Hollande tenía previsto ir a la plaza de la Bastilla en París. Y fue en ese emblemático lugar, donde seguidores de todas las edades del socialista celebraron su victoria y agitaron banderas de Francia al grito de “Hollande presidente”.
Con el triunfo del líder izquierdista, el Partido Socialista regresa al Elíseo tras 17 años de presidencias conservadoras, y su líder se convierte en el segundo mandatario socialista de la Quinta República (fundada por el general Charles De Gaulle en 1958), tras François Mitterrand.
Sarkozy, por su lado, pasa a engrosar la lista de víctimas políticas de la crisis europea, en la que figuran el socialista español José Luis Rodríguez Zapatero, el también socialista portugués José Socrates y el laborista británico Gordon Brown, a quienes los electores hicieron pagar en las urnas la política de austeridad.
A ellos se suman el italiano Silvio Berlusconi (derecha) y el socialista griego Giorgos Papandreu, forzados a dimitir bajo presión de la Unión Europea. La campaña en Francia, segundo motor de la Eurozona después de Alemania, estuvo marcada por la crisis financiera, que castiga duramente a países como España, Grecia, Italia y Portugal.
Tras conocerse los resultados, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, felicitó “calurosamente” al ganador y aseguró que cuenta con él para relanzar la economía, en un comunicado divulgado ayer.
La canciller alemana, Angela Merkel, por su parte, salvó la cara al mantenerse su partido en las elecciones regionales de ayer como primera fuerza en el norte de Alemania, y se prepara ya para cohabitar en Europa con el socialista francés.
Su Unión Cristianodemócrata obtuvo en estas elecciones en Schleswig-Holstein un 30,8%, algo más de medio punto por encima de su directo rival, el Partido Socialdemócrata, con un 30,2%, según las estimaciones difundidas por las televisiones públicas ARD y ZDF.