El embajador de Estados Unidos Michael McKinley negó la existencia de solicitud alguna del gobierno de Juan Manuel Santos sobre la presencia del líder guerrillero Simón Trinidad en el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
McKilnley declaró lo anterior durante una reunión en Cali (suroccidente), junto a la subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson, con becarios afrodedescendientes.
Citando fuentes extraoficiales, el diario El Espectador se refirió, en su edición del sábado último, a una posible participación de Trinidad, más allá de lo virtual, en la mesa de conversaciones gobierno-FARC-EP.
«Hoy se sabe, apuntó el diario, que los contactos de las autoridades estatales colombianas y el gobierno norteamericano están muy avanzados, y el próximo paso podría ser la repatriación del guerrillero», aventuró.
Tomando como refererencia el diario El Tiempo citó en esa oportunidad una frase atribuida a Jacobson cuando expresó: «Tendría que ser un tema de discusión con el Gobierno de Colombia en la mediada que esto avance», dijo sin negar ni confirmar si Washington permitiría la repatriación de Trinidad, apuntó El Espectador.
Desde un inicio, cuando las FARC-EP anunciaron a los miembros de su equipo de negociadores, el nombre de Simón Trinidad figuró en el grupo por considerar la fuerza guerrillera imprescindible su presencia, teniendo en cuenta su trascendencia histórica, experiencia y sabiduría en anteriores negociaciones de paz.
Desde la cárcel estadounidense, donde cumple una condena de 60 años, el líder rebelde respondió de inmediato reafirmando su voluntad y decisión de incorporarse al proceso en busca de una solución política del conflicto armado e incluso solicitó en carta al presidente Barack Obama facilitar su participación.
En la reciente instalación oficial del diálogo en Oslo, Noruega, su nombre figuró en un cartel -como reclamo y presencia simbólica-, frente a una silla vacía, en la mesa que ocuparon los equipos de ambas partes.