Rocío Sánchez llegó con su madre al Hospital Eugenio Espejo, de Quito, la mañana del martes. Aún sin saber que el Gobierno había puesto en emergencia al Sistema Nacional de Salud con el fin de implementar mejoras, Sánchez cree que en los últimos años de gestión los servicios sí han cambiado. “Han mejorado. Antes, en los hospitales no había ni gasas, ahora hay mejor atención”.
Sin embargo, esta ciudadana, como otros más, está convencida de que es necesaria más inversión. “Hay cosas que mejorar, como el sistema de call center para coger turnos, porque a veces colapsa y eso afecta a los pacientes”.
Para alcanzar este tipo de cambios, desde este lunes rige la emergencia en la sanidad nacional que se plantea destinar 406 millones a lo largo de 2011 para intervenirlos directamente en las casas de salud del país, específicamente en ocho hospitales.
El ministro del ramo, David Chiriboga, explicó el lunes que esta medida es “una respuesta inmediata a la saturación de servicios” debido al “restablecimiento de la confianza ciudadana”, al explicar que el aumento de demanda en los hospitales públicos del Ecuador se debe a la implementación de la gratuidad y a la mejora de los servicios.
Los hospitales que serán intervenidos inmediatamente son: Baca Ortiz, Eugenio Espejo (Quito), Francisco Ycaza Bustamante, hospital del Niño, Abel Gilbert Pontón (Guayaquil), Delfina Torres (Esmeraldas), Verdi Cevallos (Portoviejo), Alfonso Noboa (Guaranda) y Velasco Ibarra (Tena). Estos fueron escogidos por el impacto poblacional, niveles de pobreza y distribución regional.
El sector se ve con expectativa esta nueva inversión. Ese es el caso del director de la Maternidad Isidro Ayora, Humberto Navas, quien reconoce que sí se han reportado mejoras durante esta administración, desde que el presidente Rafael Correa decretó el primer estado de emergencia en 2007.
“La gestión ha sido muy buena, antes pedíamos limosna, ahora no”, dice el médico, tras señalar que en estos últimos dos años en esa casa de salud se adecuó una sala de terapia intensiva y se remodelaron el laboratorio y el área de neonatología.
Sin embargo, explica que aún existen necesidades que espera se solventen con este nuevo decreto de emergencia, cuyos fondos se sumarán a los 1.420 millones de dólares destinados a la salud en el presupuesto de 2011.
“Lo que más necesitamos es personal. Ahora estamos gestionando unas 72 partidas porque tenemos las salas, pero faltan los especialistas”, manifiesta Navas. Actualmente, las autoridades de la Maternidad Isidro Ayora gestionan, a través de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), los recursos para hacer efectivas dichas plazas.
Este centro asistencial registra a diario unos 100 ingresos, de los cuales, 40 son de mujeres en proceso de alumbramiento. “Las 249 camas que tenemos siempre están llenas”, cuenta Navas.
Marisol Tituaña es una de las madres beneficiarias de los servicios hospitalarios públicos. Hace tres días dio a luz a su quinto hijo en la maternidad. Mientras lo alimenta, la mujer de 28 años reconoce que la atención que recibió fue satisfactoria. “Me trataron muy bien”, dice, y añade que le parece “importante” que se incremente la inversión.
Con la asignación de más recursos, el Gobierno espera aumentar a escala nacional el número de consultas internas, mejorar del sistema de citas a través de call center, eliminar las más de 4.500 cirugías represadas y dotar a los hospitales del 100 por ciento de suministros.
Asimismo, la proyección es incrementar en un 30% el volumen de cirugías en los hospitales del día y renovar el equipamiento crítico en un 80% en un lapso de seis meses.
Foto: álvaro Pesántez-ANDES