El Presidente de Ecuador, Rafael Correa y sus compatriotas residentes en Milán y ciudades vecinas llegaron desde muy temprano hasta el Teatro de la Verne, donde los 1400 asientos fijos fueron insuficientes para recibir a quienes con gran entusiasmo acudieron a la cita.
Tanto es así que en la parte exterior del teatro se colocaron dos plasmas para que cientos de migrantes puedan observar y escuchar al Jefe de Estado.
“Bienvenido Presidente, bienvenido Presidente”, coreaban los ecuatorianos que tuvieron que migrar a Italia en busca de mejores días, la mayoría “expulsados”, como refirió el Jefe de Estado, por la crisis bancaria de 1999.
Es el caso de Gerardo Ibáñez, quien afirma que llegó a Italia como “refugiado” puesto que en Ecuador, “la situación económica era crítica”; él espera regresar a su país para instalar su propia empresa de construcción, que es en lo que se especializó en Italia.
“Quiero enseñar lo que he aprendido” dice Gerardo quien ya busca la manera de retornar y ve como buena opción los programas impulsados por la Senami.
Xiomara Martínez, Presidenta de la Asociación de Estudiantes Ecuatorianos en Italia, destaca la importancia que para ellos tiene el programa de becas del gobierno a través de la Senescyt.
“Se necesitaba un Presidente que haga este tipo de cosas sobre todo para los chicos que tengan oportunidades”, dijo.
A Oswaldo Marcillo, en cambio, no le cabía la emoción por haber observado de cerca al Mandatario que, aún cumpliendo una apretada agenda, “se dio tiempo para rendirles cuentas”.
Por su parte Henry Honores, resalta que el Presidente se haya acordado de los migrantes y asegura que en la rendición de cuentas del Mandatario “me sentí como en mi país”.
“Ustedes no salieron del país y llegaron a Europa, ustedes fueron expulsados”, dijo el Mandatario.
La hora de los discursos terminó y la presencia de danzas se tomó el escenario.
Y como suele suceder en gabinetes itinerantes, el Jefe de Estado junto con el Canciller Ricardo Patiño, interpretó “A mi lindo Ecuador”, pasillos, “Esta mi tierra linda el Ecuador”, etc.
La noche cultural se vivió en Milán y como es costumbre, el Mandatario tuvo “inconvenientes” en dejar el lugar por la avalancha humana que siempre se le viene encima en busca de guardar un recuerdo de lo que muchos calificaron como un “espectacular encuentro”.