“Mi papá soñaba con estudiar en este colegio. él no pudo, entonces ahora me puso acá a mí y hasta ahora me siento bien”, dice con timidez Evelyn Valente, de 11 años, quien comparte el recreo con Ashley Alvarado y Cristy Palacios, de 12.
Las tres son compañeras de uno de los 22 paralelos de 8avo año de educación básica en el colegio Vicente Rocafuerte, que al igual que el resto de colegios fiscales del país desde este año se acoge al sistema de educación mixta o coeducación.
“A mí no me gusta mucho estar en un colegio mixto, porque algunos chicos son patanes o groseros. A las niñas les dicen que son feas y las molestan”, comenta Ashley, quien sin embargo viene de una escuela mixta, por lo tanto no se siente intimidada por la mayoría masculina en ese plantel.
El inspector general de la institución, Luis Orlando Erazo, sostuvo que entre las estrategias planteadas para manejar de mejor forma la integración entre chicos y chicas en este año lectivo estuvo la realización de charlas de ambientación. En este colegio hay aproximadamente 350 niñas y 450 niños.
“Los temas que se impartían son valores como el respeto y el amor. Además, monitoreamos las áreas permanentemente, en las salidas y en los recreos”, indicó. Sostuvo que luego de las 3 primeras horas de clase, únicamente 8avo año tiene recreo, sobre todo por la cantidad de estudiantes y para de esta manera tener un mayor control.
Sin embargo, en el colegio 28 de Mayo se vive un escenario diferente, según cuenta su rectora encargada, Concepción Maridueña de Villar.
“Nosotros tenemos todos juntos el recreo y materias como Educación Física, porque si los chicos van al mall, no es que hay uno para hombres y otro para mujeres. Si van al parque, no van a un parque de varones u otro para mujeres. Es un estado natural de la vida que ambos sexos se interrelacionen”, afirma la docente.
El departamento de Orientación y Bienestar Estudiantil diseñó una serie de actividades y dinámicas grupales para fomentar la unión entre los 300 nuevos alumnos que se encuentran repartidos en 19 paralelos, como parte de la estrategia de interacción.
Una de las instituciones que implementó un método novedoso respecto al tema de la coeducación es el colegio Aurora Estrada, ubicado en el sur de la ciudad.
“El proyecto piloto se denomina economía de fichas y consiste en que los jóvenes autorregulen su conducta. Cada estudiante tendrá 20 fichas, ya que el valor de la conducta es sobre 20 puntos. El o la joven que tenga ciertas actitudes negativas o que están en contra del código de convivencia, irá perdiendo fichas, lo que se reflejará en su nota final. El objetivo de esto es que no necesitan ser castigados, sino que ellos aprendan a valorar, a reconocer sus errores y sus actitudes negativas y mejorar la conducta.”, explicó Jenny Molina, rectora encargada de la institución.
Según dijo, en ese plantel unos 125 niños se encuentran matriculados en 8avo año, acogidos al sistema de coeducación
En este colegio, además, al igual que en otras instituciones, el Ministerio de Educación y la Subsecretaría invirtieron en la adecuación y construcción de baterías sanitarias tanto para hombres como para mujeres, según el caso de cada plantel educativo.