«Se encontraron los cadáveres de tres personas de sexo masculino», confirmó el jefe de la unidad de la Fiscalía que investiga los crímenes ejecutados por la banda paramilitar de Ramón Isaza Arango.
Los restos fueron hallados en una fosa en «Nápoles», la finca-guarida del narco más famoso de todos los tiempos, 155 kilómetros al norte de Bogotá, que en los años dorados de Pablo Escobar Gaviria contaba con un helipuerto, un hotel de lujo, una plaza de toros, una pista para aviones y hasta un zoológico.
Según el fiscal Héctor Moreno, se calcula que las tres personas fueron asesinadas entre 2002 y 2004, varios años más tarde de que las fuerzas del Bloque -un cuerpo especial integrado por policías, militares y con apoyo de la CIA dedicado a encontrar a Escobar- asesinaran al jefe del cártel de Medellín en un tejado de esa ciudad, en 1993.
Se atribuyen los homicidios a la banda paramilitar del preso Ramón Isaza Arango que hoy conduce su hijo Olivero Isaza, alias Terror y prófugo de la justicia.
Tras la muerte de Escobar, la hacienda quedó en estado de abandono hasta que los paras de Isaza se hicieron del terreno. Más tarde, el Estado expropió las 3 mil hectáreas que abarca la finca y una porción fue donada al municipio de Puerto Triunfo, en la que hoy funciona un parque de diversiones.
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