A pocos minutos de las 11:00 de ayer, cuando las cornetas de la Banda Blanca de la Armada del Ecuador hicieron sonar un himno fúnebre, tras la salida del féretro que contenía los restos del padre Juan Federico Gagliardo Baquerizo, el llanto sentido fue general en el templo María Madre de la Iglesia, de Los Ceibos, en el norte de la ciudad.
Simuy de Rojas, Mechita de Espinoza, Luz América Chang, Reyna Jarrín, Isabelita Vásquez, Julia de Aguiar, Sara de Ibáñez, integrantes del grupo benefactor Operación Jesús Da, creado por el sacerdote fallecido, no ocultaron la emoción que se tradujo en congoja amarga, mientras intentaban contener con pañuelos blancos sobre sus ojos, las lágrimas vertidas por la partida de quien fue su director, amigo y consejero espiritual.
El emotivo gesto se produjo luego de la misa de exequias celebrada por el obispo auxiliar de Guayaquil, monseñor Marcos Pérez, y concelebrada por el vicario general Helmut Nagorziansky y el también auxiliar Walter Maggi, junto a cerca de cincuenta sacerdotes pertenecientes al presbiterio de la Arquidiócesis de Guayaquil.
Durante la ceremonia, Pérez dio gracias al decesado ministro de la Iglesia Católica guayaquileña “porque con su palabra y ejemplo nos animó a amar a Dios sobre todas las cosas… él nos dio testimonio de entrega diaria, en la misa, en la atención a los fieles, a los sacramentos y cuando estuvo presente con los hermanos a los que la vida trató con dureza”.
No podemos, continuó diciendo el obispo auxiliar durante la homilía emitida ayer, “quedarnos en el recuerdo de las cosas bonitas del pasado que nos tocó vivir. ¿Qué es lo que Federico nos diría o pediría que no olvidemos jamás?”, se preguntó el Obispo, “pues aquello que nos enseñó: fe sincera y transparente, sinceridad, humildad y sencillez”.
Luego de las rogativas, comunión masiva de fieles y el rezo comunitario del avemaría, motivado por el vicario general Helmut Nagorziansky, los restos del sacerdote fallecido el lunes último, en la clínica Kennedy, de Guayaquil, a consecuencia de una caída (26 de junio) que le produjo un hematoma y posterior hemorragia intracerebral, fueron cremados (hora meridiana), en medio de la congoja de sus familiares, hermanos, sobrinos y colaboradores que acudieron a rendirle el último tributo.
Hasta el cierre de esta edición y por disposición de la Arquidiócesis de la ciudad, se había previsto para las 19:00 de ayer, la celebración de una misa de deposicionamiento de las cenizas del religioso, las cuales se colocarían en una cripta del templo María Madre de la Iglesia, de Los Ceibos, junto a los restos de su padre