El número de desempleados en España superó los cinco millones de personas en febrero, un récord que podría ser batido de nuevo en los próximos meses, dadas las medidas de austeridad y la recesión en que se encuentra sumido el país.
Según las cifras publicadas hoy por el ministerio español de Empleo, la cuarta economía de la zona euro registró en febrero un aumento de 59.444 desempleados, un 1,19% más que en enero, alcanzando la cifra histórica de los 5,04 millones de personas. En términos interanuales, el aumento fue del 6,96%.
Pero, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que utiliza un método de cálculo distinto al del Ministerio, el número de personas que buscan empleo roza los 6 millones. Para ese organismo, que publica estos datos trimestralmente, el país contaba con 5,97 millones de parados a finales de diciembre, el 26,02% de la población activa, la tasa más alta de Europa después de Grecia.
Este número es superior al del ministerio, basado en el número de personas que solicitan subsidio por desempleo, porque a muchos parados se les han acabado las ayudas gubernamentales.
La tasa de paro en España, que era del 7,95% en el segundo trimestre de 2007 en pleno boom de la construcción, no deja de aumentar desde entonces impulsada por el estallido de la burbuja inmobiliaria, la recesión económica y la reducción del número de funcionarios decretado por el Gobierno.
España consiguió reducir su déficit en 2012 al 6,7% del PIB con un drástico programa de austeridad que atenaza el consumo interior y agudiza la recesión en la que se encuentra el país, cuyo PIB se contrajo un 1,4% el pasado año.
Dado que las previsiones no auguran crecimiento económico en España hasta finales del 2013 y que el Gobierno conservador de Mariano Rajoy se dispone a seguir reduciendo el déficit público, las perspectivas en materia de creación de empleo siguen siendo sombrías.
«La diligencia en corregir los importantes desequilibrios externos e internos acumulados durante el periodo del boom frena el consumo y la inversión privada. Esto continuará teniendo un efecto negativo en el empleo y, en consecuencia, el paro seguirá aumentando», estimó la Comisión Europea en sus previsiones de invierno, publicadas el 22 de febrero.
Según Bruselas, la tasa de paro subirá hasta el 26,9% en 2013 y bajará ligeramente al 26,6% en 2014.
La Comisión auguró también que en 2013 la última reforma del mercado laboral «deberá empezar a tener efectos más notables, permitiendo que el ajuste se produzca de manera más equilibrada en los salarios y el empleo, lo que podría reducir el ritmo de destrucción de trabajo».
España aplicó hace un año una reforma del mercado laboral que modifica las condiciones de diálogo social en el seno de las empresas y abarata el despido para los empresarios, aunque también animaba a buscar medidas alternativas a la supresión de empleos como la reducción de salarios.
Si bien la reforma ha contribuido en los últimos meses a hinchar el número de parados, el Gobierno estima que a largo plazo tendrá efectos positivos porque permitirá aumentar la competitividad del país. Como ejemplo de estos efectos, el Ejecutivo cita el aumento de las exportaciones españolas o el hecho de que varios grupos internacionales como los fabricantes de automóviles Renault y Ford hayan decidido recientemente invertir en España.
El jefe de Gobierno español enarboló el tema del desempleo en su campaña electoral, prometiendo que cuando gobernase lo reduciría, pero en el año largo que lleva en el poder se han destruido casi un millón de empleos.