Sumamente entristecida, Vilma Pineda, madre del estudiante del colegio Mejía de Quito, édison Cocíos, quien recibió un impacto de bomba lacrimógena en su cabeza durante una protesta estudiantil, sostuvo ayer que su hijo no tiene posibilidades de restablecerse.
“Un mal pronóstico, me dicen que ya no se puede hacer nada”, precisó la progenitora.
Luego de cinco meses de lo sucedido, el joven se mantiene en estado vegetativo y hay un alto riesgo de que se contagie con bacterias hospitalarias por sus bajas defensas y el alto grado de desnutrición del que padece.
“No se espera absolutamente nada. Solo me han dicho que tengo que llevarlo a la casa para que pase sus últimos días con la familia”, aseguró Pineda.
Mientras tanto y por requerimiento de algunos medios, se buscó la versión de las autoridades del hospital-clínica de Los Valles, ubicado en el km 12,5 de la vía a Cumbayá (Av. Interoceánica), pero nadie se pronunció al respecto.
Extraoficialmente se conoció que en unos quince días el joven será trasladado a su casa, para que sea su madre quien le brinde los cuidados que necesita. La familia pide la ayuda del Ministerio del ramo.