España, Portugal, Francia e Italia se defendieron hoy en la OEA de las acusaciones de haber cometido un acto de «piratería aérea» contra el avión del presidente boliviano, Evo Morales, y aseguraron a la par su interés por mantener la «amistad» y cooperación con todo el continente americano.
El observador permantente de España ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Jorge Hevia, adoptó un tono conciliador y aseguró que su país «lamenta profundamente» los incidentes en torno al vuelo de Morales la semana pasada en Europa.
Pero a la par calificó de «injustificados y desproporcionados» los reproches lanzados por Bolivia y otros países latinoamericanos, que reclaman que la OEA condene explícitamente en una declaración los hechos en torno al avión del mandatario boliviano.
Hevia pidió en este sentido que «no se sobredimensione» esta cuestión porque «eso no beneficia a nadie» e hizo un «llamaiento a la prudencia y la amistad entre los países implicados».
«Esperamos que este asunto no se plantee como un enfrentamiento entre países amigos, mucho menos entre continentes unidos por vínculos muy estrechos o entre pueblos que se sienten muy cercanos», insistió el embajador español, quien recalcó que «España no violó ningún tratado ni convención». «España quiere reiterar a las autoridades bolivianas su voluntad manifiesta de mantener las más estrechas y amistosas relaciones de cooperación y colaboración entre ambos países conforme a lazos de hermandad que han caracterizado siempre y en todo momento las relaciones entre los dos pueblos», insistió.
Sus palabras se unen a las del propio ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, quien hoy expresó la disposición del gobierno de Mariano Rajoy a pedir disculpas a Morales si cree que hubo «algún malentendido» con la retención de su avión la semana pasada en Viena. «Si hay algún malentendido, yo no tengo ningún inconveniente en pedir disculpas al presidente.
Si cree que se ha producido un malentendido, no hay problema», dijo el jefe de la diplomacia española en un desayuno informativo en Madrid. También los representantes de Francia y Portugal abogaron por un tono conciliatorio ante la OEA.
El encargado de negocios de la misión de observación de Francia, Lorenzo Schiavi, insistió en que se trató de un «error técnico» y que la decisión de denergarle el uso de su espacio aéreo al avión de Morales «no tuvo naturaleza política». «Francia jamás ha tenido intención de negarle acceso al avión del presidente Morales», subrayó Schiavi. «El presidente Morales es bienvenido en Francia, Francia confirma su deseo (…) de reforzar sus nexos de amistad con Bolivia», reiteró.
Por su parte, la obsrvadora alternativa de Portual, Rosa Bartoreu, aseguró que su país «lamenta la incomodidad» que sufrió Morales y que «no creó ninguna situación que pudiera poner en peligro» al presidente boliviano, a la par que aseguró que Lisboa «ha mantenido siempre una relación constructiva y basada en la confianza mutua» que dijo esperar que continúe en el futuro.
El tono discordante lo puso el representante italiano, Sebastiano Fulci, quien negó cualquier implicación de su país en el incidiente y reclamó la retirada del nombre de Italia de la declaración.
«Italia no tuvo absolutamente nada que ver con los obstáculos al vuelo del presidente Evo Morales porque nunca retiró la autorización de sobrevuelo de su territorio», afirmó. Por ello, el texto de la propuesta de declaración es «totalmente erróneo y falso», acusó el representante italiano, quien reclamó que «Italia no sea mencionada en ese caso en al declaración».
«Lamento mucho las injustas críticas y falsas acusaciones de Bolivia, Nicaragua y Ecuador y las rechazo totalmente, porque esas acusaciones contra Italia no son verdaderas», insistió Fulci, quien fue más allá e incluso llegó a considerar que «no es Italia quien debería pedir disculpas a Bolivia, sino exactamente lo contrario». El ministro de Gobierno boliviano, Carlos Romero, rechazó sin embargo todas las explicaciones, tanto las conciliatorias como las más agresivas de Italia, e insistió en su reclamo de «disculpas» de las naciones europeas.
«Las justificaciones que se han señalado acá, en realidad, lejos de justificar nada, porque esto es injustificable, están careciendo de fundamentos, ya no solamente jurídicos, lógicos y razonables, me permito decirlo, en algunos casos por lo menos (carecen) de una actitud de conciencia moral», sostuvo Romero. «Si uno cometió un error tiene que admitirlo y ofrecer disculpas por ello», reclamó. «Eso va a dignificar a los gobiernos, pero no tratar todavía de pretender mostrarnos a nosotros como los que estamos falsificando la verdad», advirtió.